Ariel Henry, primer ministro haitiano
Puerto Príncipe, 24 ago (RHC) -La situación del sur de Haití es preocupante hoy, 10 días después del terremoto de magnitud 7,2 en la escala de Richter, reconoció el primer ministro, Ariel Henry.
Más de 52 mil casas se destruyeron, otras 77 mil sufrieron daños menores y graves y miles de familias viven en la calle, sin acceso a los servicios básicos.
El neurocirujano, que cumplió su primer mes en el cargo el pasado viernes, aseguró que el Gobierno es consciente de la situación y señaló que actualmente enfrentan el desafío de reconstruir la península sur, que antes fue devastada por el huracán Matthew con un saldo de centenares de víctimas.
"Para ello, también tenemos la obligación de conocer la magnitud del evento y evaluar sus efectos e impactos en la sociedad", dijo el titular.
Unas dos mil 207 personas murieron como consecuencia del terremoto, más de 12 mil resultaron heridas y 300 permanecen desaparecidas en los departamentos Sur, Grand Anse y Nippes.
El sismo se ensañó con las zonas montañosas que además sufrieron intensos deslaves, lo que limita la llegada de ayuda a los damnificados, admitieron las autoridades.
Henry activó el Comité Directivo de Evaluación de Necesidades Post Desastre y pidió una valoración de los daños, pérdidas y necesidades posteriores al sismo, para formular estrategias de reconstrucción.
"Es importante llamar la atención de todos que las autoridades y administraciones municipales son fundamentales para la implementación exitosa de los programas de planificación y desarrollo del uso de la tierra", insistió.
Haití aún no se recuperó aún del mortífero terremoto de 2010, que provocó más de 200 mil muertes, 1,5 millones de desplazados y derribó las principales edificaciones estatales del país, entre ellas el Palacio Nacional.
Once años después muy pocas de esas infraestructuras se reconstruyeron, mientras el país está inmerso en una aguda crisis sociopolítica y económica, acrecentada con el asesinato del presidente Jovenel Moïse el 7 de julio.
Países como Venezuela, Chile, Panamá, España y otros enviaron ayuda humanitaria, mientras Cuba desplegó sus médicos en las zonas más afectadas por el movimiento telúrico.
(PL)