Addis Abeba, 5 feb (RHC) Bajo el tema “Desarrollo de la resiliencia en la nutrición en África: Acelerar el capital humano, el desarrollo social y económico”, comienza en esta capital la XXXV Cumbre de la Unión Africana (UA).
El cónclave, que transcurrirá de manera presencial por vez primera en dos años, debido al impacto de la Covid-19, incluye en su agenda diferentes cuestiones relativas a la paz y el crecimiento económico del continente, además de la seguridad alimentaria.
Concertar una respuesta sostenible al impacto de la enfermedad en la región, a partir del incremento del acceso a las vacunas, es precisamente uno de los propósitos de la Cumbre.
Las consecuencias socioeconómicas de la pandemia, la guerra en el norte de Etiopía, las tensiones Marruecos-Argelia, las inestabilidades en Chad, Burkina Faso, Guinea, Mali y Sudán, los desplazamientos forzados y los efectos del cambio climático también estarán sobre la mesa.
Un asunto particularmente polémico pudiera ser el cuestionamiento del vínculo de la UA con Israel. Varias naciones, entre ellas, Argelia, Nigeria y Sudáfrica, impugnan la readmisión como observador en el bloque del estado asiático, al que condenan por ocupar Palestina.
Mañana, ya con Senegal en la presidencia rotatoria del organismo, concluye el encuentro, que casi seguro sobrepasará la agenda discutida y aprobada en la XL sesión ordinaria del Consejo Ejecutivo de la UA, realizada miércoles y jueves últimos.
Etiopía acoge la Cumbre en medio del enfrentamiento del gobierno y el Frente de Liberación Popular de Tigray (TPLF), que acapara la atención nacional e internacional debido a su influencia en el denominado Cuerno Africano y el resto del continente, entre más razones.
Para las autoridades, organizarla es “un triunfo contra la conspiración de fuerzas internacionales descontentas con la operación policial para reducir al TPLF (siglas en inglés), acusado de violar los derechos humanos y otros delitos, y declarado terrorista por el Parlamento.
Muchos países y organizaciones instaron a la UA a celebrarlo fuera de Addis Abeba, con alegaciones relativas a la propagación del coronavirus y principalmente la seguridad, a propósito por supuesto del conflicto armado, pero pudo más la voluntad de los estados africanos, que no cambiaron la sede. (Fuente:PL)
