En 2022 ocurrió la menor asignación presupuestaria para el enfrentamiento de la violencia contra mujeres en una década.
Brasilia, 2 mar (RHC) Al menos 18,6 millones de brasileñas informaron en 2022 que resultaron víctima de algún tipo de violencia, lo cual significa que 35 fueron agredidas física o verbalmente cada minuto en el país.
Tal conclusión apareció en la cuarta encuesta titulada Visible e Invisible-la Victimización de Mujeres en Brasil que, entre el 9 y 13 de enero, consultó a mil 42 féminas de 16 años o más en 126 municipios de pequeño, mediano y gran porte.
El margen de error del estudio resultó de dos puntos para más o menos en la muestra nacional.
Respecto a la última encuesta, realizada entre abril de 2020 y marzo de 2021, el crecimiento fue de 4,5 puntos porcentuales, lo que revela un agravamiento de las violencias sufridas por mujeres en el gigante suramericano.
Los investigadores aseguran que no es posible señalar una sola causa, pero que existen tres factores a destacar.
Primeramente, se menciona el fin de financiamiento de las políticas de enfrentamiento a la violencia contra la mujer por parte de la administración del derrotado mandatario Jair Bolsonaro en los últimos cuatro años.
Una nota técnica del Instituto de Estudios Socioeconómicos mostró que, en 2022, ocurrió la menor asignación presupuestaria para el enfrentamiento de la violencia contra mujeres en una década.
«Sin recursos financieros, materiales y humanos no se hace política pública», apunta la pesquisa.
Asimismo, la pandemia de Covid-19 puso en peligro el funcionamiento de los servicios de acogida de mujeres.
En tal sentido, la restricción en los horarios de funcionamiento, las dificultades de circulación impuestas por las necesarias medidas de aislamiento social y la reducción de los equipos de atención fueron factores que afectaron en algún grado los servicios.
De igual manera, incidió la acción política de movimientos ultraconservadores que se intensificaron en la última década y eligieron, entre otros temas, la igualdad de género como un tema a combatir, como se percibió en las elecciones de 2022.
Los investigadores destacan que, en comparación con estudios anteriores, el escenario es de «un fuerte crecimiento de las formas de violencia grave, que pueden incurrir en la muerte de la mujer, como es el caso del crecimiento de episodios de persecución, agresiones como golpes y patadas, amenaza con cuchillo o arma de fuego». (Fuente:PL)