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Ciudad de México, 7 jul (RHC) Próximo ya a cerrar mañana el registro de precandidatos a la presidencia de la República, el Frente Amplio por México mantiene un discreto perfil del proceso y poca información.

Todavía no han publicado la lista de los apuntados, más allá de los personajes que en realidad aspirarían a ser el candidato presidencial común de los partidos Acción Nacional (PAN), Revolucionario Institucional (PRI) y de la Revolución Democrática (PRD).

Son ellos la senadora Xóchitl Gálvez y el diputado Santiago Creel quien todavía se ve enojado porque la mujer lo desplazó de la primera opción, pero ha sido fiel al grupo de poder encabezado por el empresario Claudio X González, y se mantiene en la lista.

Según versiones emanadas del propio PAN, Creel se sorprendió cuando la cúpula lo dejó con las ganas y optó por Xóchitl, una persona de verbo poco refinado, que a lo más que aspiraba era a la gobernación de la Ciudad de México.

Quien también se obstina en mantenerse en el lomo del caballo, pero con un motivo diferente a Creel, es la veterana política Beatriz Paredes, de importante historial político dentro del PRI.

Ella cree firmemente tener las condiciones óptimas para ser la ungida del Frente, y aunque le da acidez estomacal el disgusto de la forma en que ha actuado la cúpula que manda en la alianza y la forma sumisa que la dirigencia de su partido la aceptó, se inscribió en la lista porque tiene esperanza de una desobediencia masiva y la escojan ella y no a Xóchitl.

Al registrarse expresó con la energía que la caracteriza que ella tiene experiencia y una trayectoria de congruencia; esa es su principal fortaleza y factores obligatorios para gobernar porque hacerlo es un asunto serio, dijo.

Por supuesto que no mencionó a Xóchitl ni a Creel, y más bien lo hizo contra el Ejecutivo actual, pero no pasó desapercibida hacia dónde apuntaba su elíptica.

Otra indirecta muy elegante e inteligente dirigida a la cúpula del Frente, según interpretaciones en corrillos de algunos periodistas, fue cuando le preguntaron directamente sobre la participación de la panista Xóchitl Gálvez.

Dijo de una forma muy llana: “me encanta que Xóchitl se vista como yo, porque le estamos dando una promoción a la vestimenta, surge de las mujeres artesanas; me encanta que Xóchitl tenga orígenes indígenas como yo”.

A buen entendedor pocas palabras bastan: “somos iguales, entonces ¿por qué ella?», sería la traducción especulativa, aunque la trayectoria política de Paredes es muchísima más extensa e incluye varios años en la presidencia del PRI.

Los periodistas siguieron presionándola sobre el espinoso tema y la incitaron a explayarse por el repentino auge mediático de la panista de la cual casi ni se hablaba y ahora es portada fija de los diarios principales de la oposición.

Paredes aseguró que no le desanima ya que, además, es ella la que va arriba en las encuestas, lo cual, destacó, la propia Gálvez ha reconocido, por lo que no tiene por qué rebasar a nadie.

El Frente Amplio no parece tal, aunque en realidad todavía no ha mostrado sus músculos pues al parecer no ha llegado el momento o las reglas de juego del Instituto Nacional Electoral no se lo permite.

En su crecimiento -que les hace mucha falta- está subiendo la cuesta de enero porque arrastran el lastre del fracaso de Va por México donde las ambiciones personales e intereses superiores lo hicieron abortar y buscan ahora su remedo con ese Frente.

Una de las metas es atraer a sus filas al cuarto partido opositor, Movimiento Ciudadano, pero su líder, Dante Delgado, reiteró la posición política de su partido al asegurar que “con el PRI, ni a la esquina, y con el Titanic (PAN) de la alianza, tampoco”.

Pero todavía hay mucho camino por recorrer de aquí al 2 de junio de 2024, fecha en la que México decidirá si continúa con la IV Transformación o regresa a su más cercano pasado.