Foto tomada de Prensa Latina
La Habana, 14 may (RHC) El papa Francisco dio a conocer hoy su mensaje por la IV Jornada Mundial de los Abuelos y las Personas Mayores, que se celebrará el próximo 28 de julio, con el tema “En la vejez, no me abandones”.
En el documento, divulgado este martes por la oficina de prensa de la Santa Sede, el Sumo Pontífice expresa que “con mucha frecuencia la soledad es la amarga compañera de la vida de los que como nosotros son mayores y abuelos”. El Obispo de Roma señaló que las causas de esa soledad son múltiples, y puso como ejemplo que, en muchos países, sobre todo en los más pobres, los ancianos están solos porque sus hijos se han visto obligados a emigrar.
Se refirió además a las numerosas situaciones de conflicto y lamentó “cuántos ancianos se quedan solos porque los hombres, jóvenes y adultos, han sido llamados a combatir y las mujeres, sobre todo las madres con niños pequeños, dejan el país para dar seguridad a los hijos”.
Como consecuencia “en las ciudades y en los pueblos devastados por la guerra, muchas personas mayores se quedan solas, como únicos signos de vida en zonas donde parece reinar el abandono y la muerte”.
El Papa hizo alusión a que en algunos países existe una falsa creencia, muy enraizada en algunas culturas locales, que genera hostilidad respecto a los ancianos, acusados de recurrir a la brujería para quitar energías vitales a los jóvenes y ante muerte prematuras, enfermedad o la suerte adversa de un joven, la culpa recae sobre algún anciano.
Manifestó que “esta mentalidad se debe combatir y erradicar”, por tratarse de uno de esos prejuicios infundados que alimentan persistentes conflictos generacionales entre jóvenes y ancianos.
También habló sobre la creencia, extendida incluso en países desarrollados, de que “los ancianos hacen pesar sobre los jóvenes el costo de la asistencia que ellos requieren, y de esta manera quitan recursos al desarrollo del país”.
La contraposición entre las generaciones es un engaño y “un fruto envenenado de la cultura de la confrontación”, aseveró y calificó como una “manipulación inaceptable” poner a los jóvenes en contra de los ancianos, lo que afecta la unidad de las edades, “punto de referencia para la comprensión y el aprecio de la vida humana en su totalidad”.
Cuando se envejece, a medida que las fuerzas disminuyen, el espejismo del individualismo, la ilusión de no necesitar a nadie y de poder vivir sin vínculos se revela tal cual es: uno se encuentra en cambio teniendo necesidad de todo, pero ya solo, sin ninguna ayuda, sin tener a alguien con quien poder contar.
“Es un triste descubrimiento que muchos hacen cuando ya es demasiado tarde”, advirtió Francisco.
El Papa alentó a que en esta IV Jornada Mundial dedicada a los Abuelos y Personas Mayores, no dejemos de mostrar ternura hacia los mismos y pidió que ante la actitud egoísta que lleva al descarte y la soledad de estos, “contrapongamos el corazón abierto y el rostro alegre de quien tiene la valentía de decir ¡no te abandonaré!”. (Fuente: Prensa Latina)