San Salvador, 16 feb (RHC) El ministro de Relaciones Exteriores de El Salvador, Hugo Martínez, confirmó que el próximo 24 de febrero representantes de su país, Honduras y Guatemala se reunirán en Washington con el vicepresidente de Estados Unidos, Joseph Biden.

En el encuentro revisarán los participantes el avance de los acuerdos asumidos en el plan denominado Alianza para la prosperidad del Triángulo Norte de Centroamérica, el cual ayudará a solucionar durante cinco años el tema migratorio en esos países, por donde fluye la mayor cantidad de personas hacia el país norteño.

Dentro de los lineamientos de la Alianza sobresalen la dinamización al sector productivo, con el objetivo de crear oportunidades económicas para el capital humano, mejorar la seguridad ciudadana, el acceso a la justicia y el fortalecimiento de instituciones para aumentar la confianza de la población en el Estado.

Estadísticas oficiales corroboran que Honduras recibió más de cuatro mil connacionales deportados de Estados Unidos y México desde el comienzo de este año.

Según datos del Centro de Atención al Migrante Retornado, la nación norteña repatrió por vía aérea a 1738 ciudadanos, de ellos el 80 por ciento son hombres y el 20 restante son mujeres.

Un reporte del Instituto Nacional de Migración cifró en 2332 los individuos enviados desde México, considerado el principal expulsor de hondureños.

Las estadísticas de ambas entidades suman un total de cuatro mil 70 personas deportados desde ambos países en lo que va de año.

Como promedio, 100 mil ciudadanos de Honduras anualmente abandonan su tierra natal y se desplazan hacia el norte en una travesía cada vez más peligrosa y que no siempre tiene un final feliz.

La pobreza, la inseguridad y la consecuente violencia son los principales motivos que empujan a esos individuos a emigrar en busca del llamado sueño americano.

Muchos son interceptados en las fronteras o atrapados en alguna redada dentro de Estados Unidos, para luego deportarlos, mientras otros abandonan el proyecto a mitad del camino por falta de dinero para pagar a los coyotes y otros costos.

Sin embargo, quienes peor suerte corren son las víctimas de maltratos, secuestros, violaciones, robos, asesinatos y desapariciones, crímenes que se repiten cada día y quedan impunes.