Bogotá, 23 mar (RHC) Los colombianos viven el período de menor violencia desde el comienzo de la confrontación bélica, mientras en La Habana los delegados del Gobierno y las insurgentes Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP) discuten cuestiones claves para el fin de la guerra.
El Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos (Cerac) y otros veedores de organizaciones sociales coinciden en calificar de efectivas las medidas adoptadas por el ejecutivo y ese movimiento guerrillero para reducir la intensidad de la contienda.
Desde el 20 de julio las FARC-EP decretaron una tregua combativa unilateral, iniciativa secundada con la orden presidencial de suspender los bombardeos contra los campamentos de esos insurgentes.
Los pobladores experimentan ya un cese el fuego bilateral de facto, opinan analistas, aunque en la mesa de concertación instalada en Cuba no fue decretada esa medida de manera oficial, la cual deberá estar acompañada por una supervisión internacional liderada por la ONU con presencia de observadores latinoamericanos y caribeños.