Brasilia, 1 abr (RHC) La tentativa de ultimar el mandato constitucional de la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, mediante un golpe mediático, parlamentario y judicial tiene hoy por delante un consistente escollo que vencer: la voluntad popular.
Multitudinarias marchas y concentraciones realizadas la víspera a lo largo de todo el país dejaron en claro la disposición de la ciudadanía a defender no sólo la Constitución, el Estado de Derecho y las conquistas sociales, sino también la libertad que -al decir de Luiz Inácio Lula da Silva- tanta lucha, sacrificios y vidas costó alcanzar, destaca Prensa Latina.
En un mensaje dirigido a quienes salieron este jueves a las calles para respaldar el orden democrático y pronunciarse contra el impedimento de la mandataria Dilma Rousseff que tramita la Cámara de Diputados, el exmandatario manifestó que Brasil está viviendo un momento histórico.
De un lado están quienes pretenden aprobar una interpelación sin base legal, lo cual constituye un golpe, y de otro los que acreditan y valoran la democracia, señaló Lula y enfatizó que no hay poder legítimo si éste no emana del voto popular.
En su alocución, de dos minutos de duración y transmitida en los distintos escenarios donde tuvieron lugar las manifestaciones, el fundador del Partido de los Trabajadores (PT) subrayó que un gran país se construye solo caminando siempre hacia adelante, consolidando y conquistando nuevos derechos sociales colectivos e individuales.
Saludó asimismoLula el extraordinario movimiento de paz y amor, de fe en la democracia y el diálogo que por estos días recorre el país y dijo tener la convicción de que esa energía nueva, que viene del corazón de Brasil, dará el impulso necesario (al Gobierno) para vencer la crisis y retomar el camino del crecimiento.
Según estimados del periódico Brasil de Fato, las demostraciones de la víspera, convocadas por los frentes Brasil Popular y Pueblo Sin Miedo, reunieron alrededor de 700 mil personas en más de 100 ciudades de todo el país. Mucho más conservadora, la Policía Militar estimó la cifra en unos 153 mil.
Mas, lo cierto es que plazas tan importantes como Sao Paulo, Belo Horizonte, Fortaleza y Río de Janeiro se vieron totalmente colmadas y todas con una consigna común: No habrá golpe, sino lucha.
Entre los que se dirigieron a los manifestantes en la urbe carioca estuvo el cantante y compositor Chico Buarque, quien significó que en la concentración podían estar personas que votaron o no a Dilma, e incluso electores decepcionados con los rumbos del Gobierno.
Pero ninguno puede dudar de la integridad de la Presidenta, aseguró antes de remarcar que todos allí estaban unidos en defensa intransigente de la democracia.
La víspera, un grupo de intelectuales y artistas acudió también al Palacio de Planalto a ofrecer su respaldo a la jefa de Estado, quien les comentó que "si en el pasado llamaron revolución a un golpe, hoy están intentando dar un color democrático a un golpe sin base legal para ser hecho".
Rousseff enfrenta un proceso de impedimento en marcha en la Cámara de Diputados, acusada de un presunto delito de responsabilidad por los conocidos como "pedaleos fiscales", usados para financiar planes sociales y reducir tasas de interés para el sector industrial a fin de generar y mantener empleos.