La Habana, 4 junio (RHC)- Nicolás Maduro, presidente de la República Bolivariana de Venezuela, interviene en la Cumbre. Afirma que la AEC ha marcado una época de encuentro en el Caribe, y esta Cumbre expresa los grandes temas para el desarrollo de la región.
Maduro destaca el papel de Petrocaribe para construir un núcleo de cooperación, cuyo reto actual es la diversificación energética.
Reitera que América Latina y el Caribe es una zona de paz. Ejemplifica la terrible situación que vive Siria por la desestabilización de la que ha sido objeto por parte de quienes se creen los dueños del mundo.
Luego, comenta sobre los temas del cambio climático, y recuerda que fue Fidel Castro, en la Cumbre de la Tierra de 1992, cuando señaló lo que parecía imposible que pudiera llegar. Ya estamos en esos tiempos que avizoró Fidel. Parece que nadie de los que tienen poder en el mundo para cambiar cosas, se dan por enterados. Y a pesar de que firmamos la Cumbre de París (COP 21), nos parece insuficiente para los cambios climáticos que hoy padecen los páises del Caribe.
Maduro considera la amenaza de la Carta Democrática por parte de la OEA como una desfachatez. Recuerda que Venezuela ha estado sometida a ataques en los últimos 17 años, porque el objetivo es derrocar al Gobierno bolivariano. No nos pueden acusar de los que se acusaba antes, como hicieron con Jacobo Árbenz, que lo acusaron de comunista e invadieron Guatemala. 50 años después un informe del Departamento de Estados (de Estados Unidos), reconoce su error que costó 300 000 «equivocaciones», es decir, muertos.
No son tiempos de intervencionismo, es tiempo de respeto. Venezuela exige respeto a decidir, afirma Maduro y recibe un aplauso.
Y continúa el mandatario de forma tajante: No se puede pretender romper el equilibro de estabilidad y respeto en la región para ceder a las presiones de Washington, subraya. Por eso llamó a a los presentes a mantener el nivel de cooperación, a no dejarse someter a presiones para aprobar los designios de la OEA. Venezuela no se va a arrodillar, vamos a luchar con la misma fuerza de estos años. Respetamos todos los procesos políticos y económicos, pero nuestra soberanía no se puede manosear.
La unión en la diversidad. Cuánto hemos avanzado en los últimos diez años: nacimiento de la Celac, Unasur y otros proyectos que deben ser valorados en su justa dimensión y seguir avanzando en el respeto entre todos. Nadie puede imponerse en esta hora de América Latina, sentenció. No hemos sido ni vamos a ser un país tutoriado ni monitoreado. Hemos solicitado el apoyo debido. Ojala, ahora sí, podamos sentar en una mesa de diálogo, sin que rompan las reglas de juego, a la oposición venezolana.
Fresca está la huella del Comandante Hugo Chávez, y esa huella se convirtió en solidaridad y amor, porque creemos que otro mundo es posible.
(Tomado de Juventud Rebelde)