Santiago de Cuba, 25 oct (RHC) Para quienes la visitan hoy, difícil será imaginar que hace exactamente cuatro años esta urbe de medio millón de habitantes fue destrozada por el huracán Sandy. Baste decir que, con palabras salidas del fondo de su corazón, el General de Ejército Raúl Castro expresó: «Santiago conmueve, parece una ciudad bombardeada».
Durante aquella madrugada del 25 de octubre del 2012, el impacto directo de los fuertes vientos, la furia de las olas del mar y las intensas lluvias, afectaron en la provincia 171 380 viviendas, de las cuales 15 889 se derrumbaron totalmente, 22 177 sufrieron derrumbes parciales, 50 585 perdieron totalmente el techo, y 82 729 de forma parcial, refiere el periódico Granma.
En sentido general las pérdidas fueron cuantificadas en 4 700 millones de pesos, con 5 980 instalaciones de la economía y los servicios dañadas. Revelador de tal destrucción fue la recogida de 4,3 millones de metros cúbicos de escombros y 2,6 millones de metros cúbicos de desechos forestales, pues ni en un año el territorio genera los 6,9 millones totalizados.
Desde entonces apenas se ha descansado en un programa de recuperación que tiene como estímulo y compromiso permanentes la afirmación de Raúl de que nadie quedará desamparado, porque la Revolución jamás abandona a sus hijos, tal como acaba de reafirmar ante las familias afectadas por Matthew en Baracoa, Imías y Maisí.
Al ofrecer a Granma un balance de las soluciones acometidas hasta la fecha, el ingeniero Gilberto Romero Saunder, vicepresidente del Consejo de la Administración Provincial, informó que entre los 117 025 casos resueltos aparecen el 26 % de los derrumbes total es, el 60 % de los parciales, el 82 % de los techos totales y el 70 de las cubiertas parciales.
Con el 90 % de las instalaciones estatales recuperadas, los organismos están encabezados por Educación con sus 1 044 centros renovados, en la Salud se rehabilitaron los 405 dañados y el Grupo AzCuba sus 80. Comercio devolvió a la normalidad 1 353 unidades, Cultura 217, la Agricultura 1 507, la Industria Alimenticia 363, y el Turismo 68 instalaciones.
Entre el alto número de acciones acometidas Romero Saunder enfatizó en los 4 072 derrumbes totales solucionados, porque «se trata de lo que más tiempo requiere, hay que hacer el inmueble desde cero y con calidad acorde con la indicación de Raúl de “edificar una ciudad cada vez más bella, higiénica, ordenada y disciplinada”.
«En tal sentido —añadió—, el Plan General de Ordenamiento Urbano de la Ciudad, aprobado por el Consejo de Ministros, prevé ejecutar aquí 22 000 viviendas para el año 2029, que además de las afectaciones de Sandy, abarcan el mejoramiento o eliminación de cuarterías, la erradicación de barrios y focos insalubres, y la atención al fondo habitacional precario».
Así, junto a esos derrumbes totales ya resueltos, las 7 206 viviendas terminadas en el periodo dieron igualmente respuesta a 1 086 asignadas a las transformaciones sociales de la barriada de San Pedrito, y a un significativo número de casos críticos, o condiciones precarias, médicos internacionalistas, el plan CTC y otros intereses.
Para borrar las heridas del meteoro también se han rehabilitado arterias y barriadas, entre las que podrían citarse la nueva Avenida de la Patria, el Paseo Patrimonial de Enramadas, Garzón y Trocha, el Paseo Marítimo de la Alameda, el Parque de los Sueños y las intervenciones en El Caney, El Cobre, Siboney y Puerto de Boniato.
Conjuntamente han quedado como nuevos centros de salud, escuelas, teatros, museos e instalaciones del deporte, lucen más vistosos 700 edificios altos (de los 1 867 existentes) beneficiados con el cambio de la carpintería, sistemas eléctricos, hidrosanitarios y pintura general, y se aprecia el embellecimiento de 200 parques.
FORTALEZAS ACOPIADAS
Detrás de la bella postal a la vista de todos, como fortalezas han quedado la organización y el control preciso en la valoración de los daños provocados en inmuebles por un fenómeno de esta naturaleza, la asignación precisa de los recursos y la forma de su comercialización por personal calificado en todos los pasos.
La ocurrencia de Sandy requirió además de decisiones del Gobierno Revolucionario para proteger a damnificados, que solo para subsidios rebasan actualmente los 439 millones de pesos en beneficio de 15 888 familias, así como un monto muy superior para el otorgamiento de créditos bancarios a más de 105 000 familias.
Para transmitir las precisiones acerca de la organización y el funcionamiento del sistema de trabajo, Romero Saunder encabezó un grupo de 25 especialistas que durante diez días capacitó en Baracoa, Imías y Maisí, al personal responsabilizado con la atención a las afectaciones causadas por el huracán Matthew.
Otras valiosas experiencias aportó Sandy a Planificación Física en la microlocalización de los asentamientos que ahora van surgiendo, a la vez que la industria de materiales incrementó su capacidad productiva, y proyectistas y constructores debieron adiestrarse en petrocasas, edificios vhicoa y forsa, y otras tecnologías.
Tales valoraciones, que incluyen el agradecimiento de la población santiaguera a trabajadores de la electricidad y las comunicaciones, a constructores y combatientes de las Furezas Armadas Revolucionarios. Far y el Ministerio del Interior, Minint, que de todo el país vinieron a apoyar la recuperación, pudo corroborarlas Granma este fin de semana.
A la sombra de los edificios Forsa-1 y Forsa-2, de Micro-9 (Distrito José Martí), el rostro de un grupo de familias refleja la felicidad por el recibimiento de sus apartamentos en los primeros días del presente mes de octubre, cuando ante la proximidad de Matthew se priorizó la entrega de 116 nuevas viviendas a damnificados.
«A mí acaba de llegarme la gloria con este apartamento —señaló emocionado Manuel Ruiz Borrero, de 68 años de edad—, porque vivía en un interior en muy malas condiciones que Sandy dejó inhabitable. No sé cómo agradecerlo a la Revolución, pero voy a seguir defendiéndola hasta el último aliento de vida».
Residente en Cayo Granma con dos hijos pequeños, su esposo José Luis Acosta Cebreco y otros familiares de él, Deiris de la Peña Duarte fue autoevacuada en la casa de sus padres en El Caney, y al regreso observó con tristeza que los golpes del mar no dejaron ni el piso de la casa asentada sobre pilotes.
«Ahora —refiere— entre la familia nos dieron tres apartamentos y todos estamos más cómodos, y aunque siento nostalgia por la vista del mar donde veía partir en el bote a mi esposo y luego regresar de la pesca, me reconforta saber que aquí estamos más seguros y que ya no queda nadie del Cayo sin vivienda».
Con semejante beneficio su madre Rosa Caballero Bataille solo quiso en nombre de todos agradecerle a «Raúl, que como dijo, la Revolución no nos dejó desprotegidos, a Expósito y la dirección del gobierno con Reinaldo y ahora Beatriz, que tanto aliento nos dieron y siempre están por aquí, donde se sigue construyendo».
«Nosotros —enfatizó Manuel Ruiz—, queremos solidarizarnos con las familias afectadas en Baracoa, Imías y Maisí, sabemos muy bien lo que están pasando y les decimos que aquí tienen su casa para el tiempo que haga falta, y que confíen en la Revolución, que ellos se van a recuperar totalmente lo más rápido posible».