Managua, 16 jul (PL) Cuba y Nicaragua son realmente países hermanos, enfatizó el dirigente cubano José Ramón Balaguer al arribar a Managua para participar desde desde este domingo en el XXIII Encuentro del Foro de Sao Paulo.
Estamos en un país hermano, y nos sentimos con mucha satisfacción de poder saludar al presidente Daniel Ortega y a la compañera Rosario Murillo', expresó el jefe del Departamento de Relaciones Internacionales del Comité Central del Partido Comunista de Cuba.
Asimismo, señaló que los lazos de amistad y solidaridad entre ambos países seguirán fortaleciéndose, con la esperanza de lograr el bienestar de sus pueblos.
Balaguer, quien viajó al frente de la delegación cubana a la cita de los partidos de izquierda y movimientos progresistas, tiene previsto un amplio programa de actividades en Nicaragua, entre las cuales acompañará los festejos por el aniversario 38 de la Revolución Popular Sandinista.
Al recibirlo en el aeropuerto Augusto C. Sandino, el embajador cubano en Managua, Juan Carlos Hernández, apuntó que la delegación de la mayor de las Antillas incluye también a representantes de la Federación de Mujeres Cubanas, los Jóvenes Comunistas y el Movimiento Cubano por la Paz.
Anteriormente, también arribó aquí Aleida Guevara hija del comandante Ernesto Che Guevara, quien manifestó su satisfacción de regresar a la tierra donde cursó el último año de su carrera como estudiante de medicina, durante la primera etapa de la Revolución sandinista.
'Fue una experiencia extraordinaria, que me marcó para toda la vida. Y ahora vengo para una actividad también muy hermosa, porque se reúnen compañeros de todas las latitudes para ver cómo hacemos más factible la lucha entre todos por un mundo mejor', señaló en alusión a la reunión del Foro.
El XXIII Encuentro del Foro de Sao Paulo sesionará en Managua desde hoy y hasta el próximo martes, con la participación de al menos 300 representantes de las fuerzas progresistas de América Latina.
Como parte de su accionar, los delegados tienen previsto cimentar la unidad regional frente a la contraofensiva del neoliberalismo, mediante la aprobación de un documento programático conocido como el Consenso de Nuestra América.