La Habana, 9 ene (RHC-PL) La directora general para Estados Unidos del ministerio de Relaciones Exteriores, Josefina Vidal, rechazó cualquier acción mediante la cual se quiera inculpar a Cuba por los incidentes de salud alegados por diplomáticos estadounidenses en La Habana.
En ese sentido, refutó de manera categórica las declaraciones del senador Marco Rubio y de Francisco Palmieri, subsecretario para el Hemisferio Occidental en el departamento de Estado, quienes intentan acusar al país caribeño de ser responsable de tales hechos si aportar evidencias.
Durante una conferencia de prensa en la capital cubana, la funcionaria criticó que tanto Rubio -de reconocida postura anticubana-, como Palmieri 'querían imponer algo sin pruebas', en alusión a la audiencia efectuada este martes en el Comité de Relaciones Exteriores del Senado.
Durante la sesión, tres funcionarios del departamento de Estado admitieron por primera vez no estar seguros de que los supuestos ataques sufridos por 24 estadounidenses en Cuba fueran una agresión acústica, como habían sostenido hasta el momento.
En este sentido, la secretaria subrayó que el gobierno cubano no tiene responsabilidad alguna en los alegados hechos y cumple seria y rigurosamente sus obligaciones con la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas de 1961, en lo que respecta a la protección de la integridad de los agentes diplomáticos acreditados.
Un reciente informe del Buró Federal de Investigaciones (FBI) corroboró que en sus múltiples viajes a La Habana, los agentes de dicha instancia no encontraron pruebas de que las misteriosas enfermedades sean resultado de 'ataques'.
Así ha descrito el gobierno del presidente Donald Trump tales incidentes que, además, han servido a la Casa Blanca como pretexto para frenar el acercamiento con el gobierno de la nación antillana.
Así también lo reconoció el senador republicano por el estado norteamericano de Arizona, Jeff Flake, quien el viernes se reunió con el ministro cubano de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez.
En declaraciones a la prensa, el también miembro de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara alta afirmó que las autoridades de Estados Unidos no han hallado evidencias de que los diplomáticos hayan sido víctimas de ataques con un arma desconocida.
La historia de diplomáticos que habrían sufrido migraña, mareo, pérdida de la audición y lesiones cerebrales leves durante su trabajo en Cuba saltó a los medios de comunicación en agosto pasado; el primero de los supuestos incidentes se remonta a noviembre del 2016 y el último a hace pocos meses.
A fines de septiembre, el departamento de Estado ordenó la retirada del 60 por ciento del personal de la embajada en Cuba y poco tiempo después la Casa Blanca anunció medidas que restringen los viajes individuales a la isla, aprobados durante el gobierno del presidente Barack Obama (2009-2017).
De acuerdo con el canciller Rodríguez, Cuba desea llegar a la verdad y que un tema sensible como la salud de las personas no se tome como pretexto para adoptar medidas de naturaleza política destinadas a dañar los progresos alcanzados en las relaciones bilaterales.