La Habana (PL) Cardiólogos cubanos se unieron al Colegio Americano de esa especialidad ( ACC, por sus siglas en inglés), entidad de gran prestigio a nivel global integrado por más de 52 mil especialistas de unos 130 países.

Fundado en 1949 y con sede en Washington, el Colegio se dedica a mejorar la salud del corazón, ofrece acreditación a hospitales e instituciones, facilita educación médica profesional, difunde la investigación y concede credenciales a los especialistas que cumplen con las calificaciones más estrictas.

El Capítulo Cubano de Cardiología estará compuesto por 21 miembros en una primera etapa. A ustedes los podemos apoyar en la atención que brindan en este país, dijo su presidente el estadounidense Michael Valentine en la entrada oficial de Cuba a ese selecto grupo como parte de las jornadas del Congreso Centroamericano de Cardiología, que sesionó en La Habana hace solo unos días.

Para la comunidad científica cubana, ser miembros de la organización constituye un estímulo por la posibilidad de actualización permanente y las relaciones mutuas de trabajo.

La integración brindará frutos satisfactorios, no solo para los profesionales sino también para la población cubana, estadounidense y de América Latina y el mundo, destacó en el acto inaugural Eduardo Rivas, quien presidirá la sección cubana del ACC.

Considerada la primera causa de muerte en el país, al igual que en el mundo desarrollado de hoy, las enfermedades cardiovasculares presentan en Cuba una tasa de 241,6 por cien mil habitantes, recoge el Anuario Estadístico de Salud del 2017.

Precisan los datos además que en la isla 27 mil 176 personas fallecieron el pasado año por algún padecimiento coronario, y en el mundo le cobra la vida a 17 millones de personas.

Ante tales circunstancias el trabajo de prevención es vital, insistió el español Valentín Fuster, director de la División de Enfermedades Cardiovasculares del hospital Monte Sinaí, de Nueva York, Estados Unidos en la conferencia inaugural del Congreso Centroamericano de Cardiología.

Tras alabar la labor de la isla en pos del desarrollo de la especialidad, con un organigrama de trabajo centrado en tres regiones para diseminar la tecnología, señaló que desde edades tempranas en la infancia y la adolescencia se puede prevenir la aparición de enfermedades cardiovasculares. Se debe incentivar a los más jóvenes para frenar su avance, dijo.

Para evitarla además, hay que transformar las epidemias de la obesidad y de la diabetes, así como combatir la hipertensión arterial, lo cual se obtiene con estilos de vida saludables que incluyen eliminar el hábito de fumar, el sedentarismo y la dieta inapropiada, rica en grasas y carbohidratos, recalcó.

El especialista, considerado el cardiólogo más famoso a nivel mundial, explicó además que existen más posibilidades de enfermar si existen factores genéticos y no cuidamos de los riesgos.

Su colega el británico David Wood fue otro de los invitados de lujo.

Presidente de la Federación Mundial del Corazón, impartió la conferencia Retos globales para la prevención de enfermedades cardiovasculares.

Wood ha dado un gran impulso al trabajo de esa organización en aras de la disminución de la mortalidad prematura por esas dolencias a nivel global y es el rector del conocido programa internacional denominado 25 x 25.

Este programa intenta disminuir la mortalidad prematura por enfermedades cardiovasculares en un 25 por ciento para el año 2025.

Del 5 al 8 de junio sesionó en La Habana el XXX Congreso Centroamericano de esta disciplina, con más de 700 delegados de todas latitudes.

Bajo el lema Brindar excelencia en salud cardiovascular en el evento se debatió temas como las arritmias y estimulación cardíaca, fibrilación auricular, cardiopatía isquémica, así como las nuevas técnicas en cardio-cirugía, cirugía aórtica y coronaria.

Enfermedad Valvular, circulación pulmonar e intervencionismo coronario se sumaron a las propuestas del gran programa académico.