La Habana, 17 abr (RHC) El anuncio del Departamento de Estado, este 17 de abril, de activar el Título III de la ley Helms-Burton contra Cuba desató la inconformidad de congresistas norteamericanos, y así lo manifestaron desde territorio norteño.
Eliot L. Engel, presidente del Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes, dijo a través de un comunicado que el rechazo del presidente Trump, a más de dos décadas de consenso bipartidista sobre una pieza clave de la política de Washington hacia La Habana, "aislará aún más a Estados Unidos de nuestros aliados latinoamericanos y europeos".
Añadió que "los presidentes Clinton, Bush y Obama renunciaron al Título III de la Ley Helms-Burton durante tanto tiempo porque llegaron a la conclusión de que perjudicaría los intereses de Estados Unidos, las empresas estadounidenses y al pueblo cubano".
Por su parte, el representante James McGovern -quien recientemente visitó Cuba- dijo a través de Twitter que el anuncio de hoy por la Administración de Trump es simplemente estúpido, porque disminuye el sector privado emergente en Cuba que la Administración de Trump aún pretende apoyar y aleja a los aliados más cercanos en Europa, Canadá y América Latina.
En tanto, Tom Udall, senador por Nuevo México, aseguró que la administración Trump una vez más está redoblando la misma mentalidad de la Guerra Fría, que ha fracasado durante décadas, y que esta aproximación anticuada no sirve a los intereses estadounidenses y no servirá al pueblo cubano.
Mike Pompeo, secretario de estado norteamericano, anunció este miércoles que su gobierno eliminó la suspensión del Título III de la ley Helms-Burton, abriendo así la posibilidad de que se puedan presentar demandas ante tribunales norteamericanos contra empresas extranjeras presentes en Cuba, que gestionan bienes nacionalizados luego del triunfo de la Revolución.
El Título III está considerado por expertos como contraproducente en el Derecho Internacional, toda vez que tiene un marcado carácter extraterritorial al afectar intereses legítimos de terceros e, incluso, ampara a los estadounidenses que tengan demandas certificadas contra Cuba, aunque no fuesen ciudadanos norteamericanos en el momento de la nacionalización.(Fuente: ACN)