París, 22 ago (RHC) La política de hostilidad asumida contra Cuba por el gobierno de Estados Unidos está basada en criterios que la condenan al fracaso, advirtió el académico y ensayista francés Salim Lamrani.
En declaraciones a medios de prensa, el estudioso de la isla, su historia y las relaciones con el vecino norteño explicó que la postura de Washington apela a la confrontación, incluso con sus aliados, en el intento de destruir a la Revolución Cubana.
De acuerdo con el profesor de la Universidad de La Réunion, ubicada en el departamento francés de ultramar de igual nombre, en el caso de la administración del presidente Donald Trump, las acciones contra el país caribeño se enmarcan en su comportamiento errático.
A su juicio, Estados Unidos sigue demostrando que “sufre de esa incapacidad a aceptar la realidad de una Cuba libre e independiente”.
La isla nunca cede bajo la violencia, la amenaza, la intimidación o el chantaje, por lo que el diálogo sincero y respetuoso constituye la única vía para solucionar el diferendo bilateral, subrayó.
Desde su llegada a la Casa Blanca, en enero de 2017, Trump ha apostado por el recrudecimiento del bloqueo económico, comercial y financiero impuesto hace casi seis décadas, con el empleo de las sanciones unilaterales y la escalada en el componente extraterritorial del cerco.
Particular agresividad representa la activación este año del Título III de la Ley Helms-Burton de 1996, acápite que busca impedir el acceso de la mayor isla de las Antillas a la necesaria para su desarrollo inversión extranjera, dentro del objetivo de asfixiarla para lograr el cambio de régimen.
Al respecto, Lamrani opinó que Washington no cesa de ignorar el principio fundamental del derecho de los pueblos a la autodeterminación, y “Estados Unidos debe aceptar que el destino de Cuba, su sistema y su orientación son competencias exclusivas de los cubanos”.
Para el académico, otro aspecto a considerar en el análisis del comportamiento hostil de la súper potencia hacia la pequeña isla es el uso de una retórica poco creíble para justificarlo.
Al revisar la historia puede comprobarse la utilización de los más diversos pretextos, desde las nacionalizaciones hasta la alianza con la Unión Soviética, pasando por el internacionalismo solidario de Cuba con los países que luchaban por su emancipación, los derechos humanos y los recientemente alegados ataques sónicos, comentó.
“La realidad es otra: Washington no acepta que un pequeño país decida tomar al pie de la letra un derecho inalienable de la humanidad, que es decidir su propio destino”, manifestó. (Fuente: PL)