La Habana, 26 ago (RHC) Que en el contexto del incremento salarial al sector presupuestado, miles de maestros hayan mostrado su intención de reincorporarse a las aulas es una noticia muy buena para la educación en Cuba –excelente pudiera decirse–, pero ello no significa que este paso represente la solución definitiva al problema de la cobertura docente y mucho menos que resuelva todo lo concerniente a la calidad del proceso docente-educativo, que tanto se reclama en el país.
En total serán más de un millón 700 mil estudiantes irán a las aulas, más de 10 mil 700 instituciones educacionales abrirán sus puertas el 2 de septiembre, 6 mil 191 docentes han solicitado su reincorporación, 2 mil 273 maestros retiraron su solicitud de baja y mil 47 maestros retiraron su solicitud de jubilación.
Tales ideas han sido reiteradas estos días por la ministra de Educación, la doctora Ena Elsa Velázquez Cobiella, al frente de un maratónico recorrido que ha atravesado la Isla de cabo a punta, el cual ha sacado a relucir viejos y nuevos problemas, que solo pueden ser solucionados con el concurso de muchas manos y también de muchas mentes, comenta el periódico Granma.
«El impacto más importante del incremento salarial tiene que ser la calidad del trabajo que nosotros desarrollemos a partir del 2 de septiembre, el trabajo de los maestros, la preparación, la formación integral de nuestros estudiantes, el ambiente que se cree en los centros, la organización escolar, la labor con la familia», sostuvo en Sancti Spíritus Velázquez Cobiella en declaraciones a la prensa.
La propia titular del Mined ha venido fotografiando en su cuenta de la red social Twitter la realidad de cada región: Pinar del Río debe «atender la reparación de tres centros críticos, el incremento de las capacidades de círculos infantiles (…) y la cobertura médica»; en Artemisa «no se logra una mejoría sustancial en la cobertura docente, aunque se avanza».
En Cienfuegos «se evidencian avances en la reparación de escuelas y en la atención a los maestros», Sancti Spíritus «mejora en un 5 % la cobertura sin alternativas y avanza en las acciones de atención al maestro», aunque también debe velar por la reparación de sus inmuebles; Holguín «tiene que atender la situación constructiva de 38 instalaciones críticas; Santiago trabaja en la consolidación de los resultados alcanzados»…
Aunque el incremento salarial resulta bienvenido en este sector y en otros, y obviamente es el responsable de la posible reincorporación al aula de muchos maestros –algunos de los que estaban fuera quieren regresar, otros decidieron posponer la jubilación y un tercer grupo dio marcha atrás a sus solicitudes de bajas–, sin duda el futuro de la cobertura docente no va a decidirse en septiembre.
A juicio de la Ministra de Educación, esta problemática debe resolverse en las universidades y en las escuelas pedagógicas, con el cumplimiento de los planes de ingreso, con una mayor eficiencia y con la diversificación de las carreras, un frente en el cual ya va siendo hora de que comience a mejorar la formación de profesores de Matemática, Física y Química, especialidades más desfavorecidas.
«El incremento salarial es importante y todos estamos muy contentos, pero también tenemos que seguir acompañando, estimulando, atendiendo, enalteciendo la labor de nuestros maestros», considera la titular, quien ve ahora un buen momento para que el éxodo de maestros y profesores continúe disminuyendo en todo el país.
Matanzas, por ejemplo, aspira a reincorporar a las aulas medio millar de educadores, sin duda alentador, pero sigue en deuda con el ingreso a las escuelas pedagógicas, donde en estos momentos reporta apenas el 64 % de cumplimiento, con Limonar, Pedro Betancourt y la capital provincial entre los municipios más rezagados.
La solución final a la cobertura docente es alcanzar una cifra mayor de egresados de la Universidad y de los centros formadores, reiteró la Ministra en Villa Clara, un territorio que ya suma 26 carreras de perfil pedagógico y donde llamó a atender adecuadamente a los jóvenes de cuarto y quinto años, que están frente al aula como parte de su práctica laboral, para que decidan quedarse en los centros a los que se han vinculado con sentido de pertenencia.
En Santiago de Cuba, Velázquez Cobiella reconoció los favorable resultados del territorio en los exámenes de ingreso, la alta eficiencia alcanzada en las escuelas pedagógicas y los progresos en la reparación de centros, en la continuidad de estudios y en la cobertura docente.
La reparación capital de la escuela secundaria básica urbana Julio Sotolongo, de Trinidad, después de 40 años sin recibir beneficios constructivos de esta magnitud, es acaso una muestra de todo cuanto puede hacerse para revertir el deterioro en nuestros centros educacionales, un frente en el que Sancti Spíritus pudiera conseguir este año lo que se dice un salto con garrocha.
Al cierre de diciembre la provincia podría bajar de un 25 % de escuelas en regular y mal estado constructivo a un 14 %, una cifra que aunque suena espectacular para este tipo de actividad, todavía queda por encima de la media del país (10 %) y bastante alejada de los territorios punteros: Cienfuegos, Santiago de Cuba, Granma, Pinar del Río y Las Tunas, los que han venido ganando terreno y hoy se enmarcan entre un 3 y un 4 %.
Paralelo al esfuerzo por lograr mejores condiciones estructurales, sanitarias y de confort en los centros educacionales, el país se empeña en recuperar también el área informática, que a partir de la entrada de kits para la reparación de las computadoras rotas y de algunas pc pudiera reportar un coeficiente de disponibilidad técnica de un 82 %.
«En otros años hemos comenzado por encima del 90 %, pero ahora estamos a un 65 %», reflexionaba la Ministra, quien adelantó una favorable situación en cuanto a la disponibilidad de televisores, una vez que han sido adquiridos nuevos equipos híbridos de 32 pulgadas y ha habido respuesta para la reparación de los aparatos de 29 pulgadas que existían en las escuelas.
Sobre la fiesta que se arrima y la marcha de los preparativos generales, la Ministra fue categórica: «Todavía el curso no está listo para iniciar, faltan algunos días, se trabaja intensamente en la reparación de escuelas, en la distribución de la base material de estudio y de vida, en todo este proceso que estamos realizando con los maestros que han solicitado reincorporarse, pero no podemos decir que en estos momentos el país está listo, podemos decir que se está trabajando, que se están cumpliendo las indicaciones y que no dudamos que podemos iniciar un curso escolar en condiciones favorables».
La reciente proclamación de la nueva Constitución de la República, el pasado 10 de abril, y la posterior aprobación de la Ley de símbolos nacionales y la Ley electoral, han abierto un frente de trabajo adicional para los educadores cubanos.
«Estos documentos han sido incorporados a los materiales que hemos estado elaborando como parte del tercer perfeccionamiento del sistema nacional de educación», explicó la ministra Ena Elsa, para quien las normas legales aprobadas en el Parlamento «tienen que formar parte del trabajo diario que realizan nuestros maestros».
Según la titular, nadie mejor que el educador para influir «en el uso de la Bandera, en que se cante mejor el Himno Nacional o en que no tengamos una sola aula, donde no esté el Escudo».