Fue en La Habana la primera reunión provincial para analizar los temas de la covid y la economñia.
La Habana, 19 ene (RHC) Tenemos que trabajar con mucha inteligencia y muy intensamente para pasar a una mejor situación, reflexionó este lunes el Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, al encabezar en La Habana la primera de un ciclo de reuniones que tendrá lugar durante los próximos días, en todas las provincias del país y el municipio especial Isla de la Juventud, con las máximas autoridades del Gobierno y el Partido en los diferentes territorios.
El encuentro, dirigido por el primer ministro Manuel Marrero Cruz y en el que participaron el Segundo Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, José Ramón Machado Ventura, y el vicepresidente de la República, Salvador Valdés Mesa, tuvo como propósito fundamental conocer las medidas adoptadas en la capital para enfrentar el nuevo brote de la COVID-19 y la situación que aquí se manifiesta en lo referido a la implementación de la Tarea Ordenamiento, con especial énfasis en las insatisfacciones del pueblo.
De igual manera, se evaluaron las acciones que se desarrollan para garantizar la demanda de alimentos de la población, así como el funcionamiento de la lucha contra coleros y las medidas necesarias para su sostenibilidad.
El 2020 fue un año muy duro, reconoció el Jefe de Estado, y ello estuvo asociado, fundamentalmente, a todas las restricciones que íbamos teniendo en la economía, producto del recrudecimiento de la política norteamericana con relación al bloqueo económico y, unido a ello, vino la pandemia. También fue un año de aprendizajes y de crecimientos, significó.
«Los primeros días de 2021 no han sido nada fáciles», subrayó. Y tenemos que ver cómo nosotros, con nuestra inteligencia, con nuestros esfuerzos, trabajando de una manera organizada, sin burocracia y sin enlentecer procesos, avanzamos más y profundizamos en todo un grupo de elementos de la economía.
Sobre esos complejos temas que definen prioridades de trabajo y marcan el rumbo de la actualización del modelo económico cubano, se debatió profunda y críticamente durante el intercambio, a partir del informe presentado por el gobernador Reinaldo García Zapata, quien definió los principales problemas que enfrenta en estos momentos la capital del país en cada uno de esos estratégicos asuntos.
Caracterizado por una disminución de la percepción de riesgo en los diferentes sectores de la población, el actual escenario que vive la capital en el enfrentamiento a la COVID-19 ha vuelto a ser complejo, aseguró en el encuentro el Gobernador habanero.
La situación, dijo, se define como de alto riesgo epidemiológico y tiene sus causas principales en las indisciplinas generadas por los viajeros; las fiestas realizadas en los días de fin de año; problemas organizativos relacionados con la conducción de los procesos y el no cumplimiento del estricto aislamiento, violando los protocolos del Control Sanitario Internacional establecidos.
Con 639 controles de foco activos en los 15 municipios de la provincia y el incremento de la tasa de incidencia a 58,5 por cada 100 000 habitantes en las últimas dos semanas, en La Habana ha continuado el ascenso de los casos positivos, lo que, a su vez, ha incidido en un mayor número de pacientes en estado crítico y grave: este lunes sumaban 21 quienes se encontraban en unidades de cuidados intensivos.
«Tenemos que superar este momento», enfatizó el Presidente Díaz-Canel, y existe toda la confianza en que La Habana puede hacerlo. En tal sentido, acentuó la necesidad de comprender con claridad las complejidades del momento y, con las experiencias de que ya disponemos, definir las mejores maneras de actuar en este nuevo contexto.
«Sabemos cómo hacerlo», aseguró. Entre los principales elementos que no podemos perder de vista destacó la realización de un pesquisaje profundo y amplio, que permita actuar oportunamente ante cualquier situación, y que medie el mínimo de tiempo posible entre que a una persona se le diagnostique la enfermedad y su ingreso.
Insistió en el aislamiento oportuno de sospechosos y contactos, en la importancia de tener bien definidas las capacidades de ingreso de que disponemos y también las de las unidades de cuidados intensivos, así como en la prioridad con que se deben atender las personas vulnerables.
En estos momentos no podemos provocar un cierre de todo, tenemos que mantener vivas las actividades económicas, productivas y de servicios, reiteró, lo cual conlleva un trabajo mucho más riguroso en el cumplimiento de las medidas higiénico-sanitarias definidas para evitar los contagios.
Con la COVID-19, recordó, no se puede perder tiempo, porque se complican las personas, y la vida nos ha demostrado que cuando no hay percepción de riesgo, cuando nos acomodamos un poquito, vienen los rebrotes.
No se puede bajar la guardia hasta que tengamos la vacuna, reflexionó. Vamos a vacunar masivamente a la población, vamos a inmunizar, pero hasta que llegue ese momento no se puede bajar la guardia, e incluso, cuando llegue ese momento, tampoco podemos hacerlo, reconoció.
El encuentro tuvo como propósito fundamental conocer las medidas adoptadas en la capital para enfrentar el nuevo brote de la COVID-19 y la situación que aquí se manifiesta en lo referido a la implementación de la Tarea Ordenamiento, con especial énfasis en las insatisfacciones del pueblo.
Diversos y complejos han sido los retos que han definido en la capital, como en todo el país, el inicio de la implementación de la Tarea Ordenamiento, un asunto en el que, según aseguró el gobernador Reinaldo García Zapata, se han evaluado y tenido en cuenta, con minuciosidad, las opiniones que ha emitido la población, sobre la base de las cuales se han ido perfeccionando algunas decisiones puntuales.
Al referirse a estos temas, el primer mandatario cubano señaló la importancia de comprender que el ordenamiento es una tarea de mucha envergadura, porque llega a todos los elementos de la economía y de la sociedad.
Lo cierto es que la Tarea Ordenamiento –apuntó– además de ordenar la economía, transparentarla y darle más posibilidades al sector empresarial para que realmente se convierta en el actor económico que necesitamos, también debe mejorar las relaciones salario-precio, algo que todavía no ha podido ser percibido por la población en estos primeros días.
«Subieron los salarios, subieron los precios, y lo que tenemos que lograr es que la relación entre ellos, en el ordenamiento, sea mejor que la de antes», reflexionó.
Pero eso hay que conducirlo y gestionarlo; por eso es tan importante el combate contra las ilegalidades, contra quienes suben los precios y los ponen de manera abusiva o especulativa; y también es importante, en todo este proceso, el enfrentamiento a los vendedores ilegales de divisas, puntualizó.
Tras comentar acerca de varias distorsiones que se han suscitado en estos primeros días de lógicos ajustes, el Presidente de la República resaltó la importancia de seguir con precisión un grupo de problemáticas nuevas que se han presentado, para resolverlas en el menor tiempo posible y así propiciar que este proceso avance de acuerdo con lo que se había diseñado.
Y para eso –destacó– es muy importante, sobre todo, el papel de los cuadros; tener en cuenta los elementos para evitar la inflación y los problemas del empleo; que nadie vulnerable quede desamparado; y tener toda la racionalidad, no solo económico-financiera, sino la racionalidad política que implica este nuevo escenario.
«Este es un proceso político, y es uno de los procesos políticos y económico-financieros de mayor amplitud y envergadura que ha asumido la Revolución», aseguró.
El razonamiento que tiene que predominar en todo lo que se haga alrededor del ordenamiento es la eficiencia, acotó. Lo primero que hay que buscar es cómo todos nuestros procesos son más eficientes y cómo nuestras empresas y entidades también lo son, valoró.
Porque todo lo que hacemos sobre la base de la ineficiencia va contra la población, y si va contra la población va contra el país y va contra la Revolución, definió.
Otro de los asuntos analizados durante el intercambio, también de máxima prioridad para el país, fue el de la producción y suministro de alimentos con destino a la población, una de las principales insatisfacciones que tiene el pueblo.
El principio de trabajo que debe caracterizar las acciones que en este sentido se realicen, precisó Díaz-Canel, tiene que ser el de defender cada hectárea que se sembró y el destino de la producción que en ella se obtuvo, cómo la acopiamos, cómo la distribuimos, cómo le llega a la gente, y cuánto más es necesario seguir creciendo en la disponibilidad de las plantaciones.
Durante la reunión se coincidió, además, en la necesidad de continuar impulsando el enfrentamiento a personas inescrupulosas que lucran con la reventa ilegal de productos a precios exorbitantes, y que tanto rechazo generan entre la población. En ese sentido, se adoptaron medidas encaminadas a revitalizar este combate que, como se afirmó, llegó para quedarse.
Ante los muchos desafíos que definen el actual escenario que vive la nación, el Presidente de la República valoró que, en lo inmediato, «lo que necesitamos es echar la pelea para dar la respuesta a la altura de lo que necesitan el país y la Revolución».
Justamente fue esa la convocatoria final que dejó el Jefe de Estado a los presentes, porque aquí, dijo, no hay espacio para la derrota.