En una declaración suscrita por la representación del país caribeño en el debate abierto del Consejo, se ofrecen detalles del recrudecimiento durante los últimos años de ese cerco económico, comercial y financiero impuesto por el Gobierno de Estados Unidos contra Cuba.

Según destaca la declaración, ese prolongado mecanismo genocida obstaculiza las principales fuentes de ingresos de la isla, paraliza los suministros de combustibles y entorpece las relaciones comerciales.

El bloqueo alcanzó una dimensión notoria con la arbitraria e injustificada inclusión de Cuba en la espuria lista de Estados patrocinadores del terrorismo, que de manera unilateral y sin legitimidad alguna elaboró el Departamento de Estado norteamericano, recalca el texto.

A siete meses de que se adoptara en este Consejo la resolución 2532 (2020), la pandemia continúa como un desafío global que genera una crisis de múltiples y devastadores efectos, no solo para la salud, sino también para la economía, el comercio y nuestras sociedades en general, señala.

Por su severo y multidimensional impacto, la pandemia representa una amenaza para el desarrollo sostenible de los pueblos y un desafío adicional para el cumplimiento de la Agenda 2030, subraya la declaración suscrita por Cuba.

Sin embargo, puntualiza, en la profunda recesión económica que se vislumbra, serán los países del Sur los más afectados, y en especial aquellos que sufren el peso adicional de criminales medidas coercitivas unilaterales, violatorias del Derecho Internacional y la Carta de Naciones Unidas.

De acuerdo con la representación de Cuba ante la ONU, corresponde a la Asamblea General, como órgano más representativo y democrático de la organización, asumir el papel central en la coordinación de los esfuerzos internacionales para enfrentar la pandemia y sus consecuencias.