Yolanda Ferrer Gómez, presidenta de la Comisión de Relaciones Internacionales de la Asamblea Nacional del Poder Popular.
La Habana, 18 jul (RHC) La diputada Yolanda Ferrer Gómez, presidenta de la Comisión de Relaciones Internacionales de la Asamblea Nacional del Poder Popular, condenó las declaraciones injerencistas emitidas por el eurodiputado David McAllister.
A continuación texto íntegro del pronunciamiento de Yolanda Ferrer:
«El eurodiputado David McAllister, presidente de la Comisión de Asuntos Exteriores del Parlamento Europeo, se ha permitido hacer declaraciones provocadoras sobre la situación en Cuba que resultan antológicas por su ignorancia, cinismo y mala fe.
Lejos de mencionar que Cuba enfrenta un golpe blando, orquestado y financiado por los Estados Unidos para desestabilizar el país, se incorpora a la campaña mediática desde posturas que sepultan la verdad y la ética, y acaba por inmiscuirse en los asuntos internos de los cubanos.
McAllister se aparta de la posición de la Unión Europea y repite los mensajes de la maquinaria de extrema derecha de la Florida.
Llama dictadura al sistema político construido en Cuba a partir de 1959. No solo ofende al 86% de los votantes cubanos que respaldaron la Constitución proclamada el 10 de abril de 2019, y pretende ignorar la unidad y el consenso que nos ha permitido resistir seis décadas de agresiones de la primera potencia económica y militar del mundo, sino que achaca al país flagrantes y reiteradas violaciones de derechos humanos realmente existentes en sociedades de nuestra región, y hasta de la suya, que continúa considerando democráticas.
Cuba es un Estado Socialista de Derecho. De los cientos de asesinados, desaparecidos, mutilados o violados entre ciudadanos, activistas y líderes sociales latinoamericanos, ninguno es cubano, aún tratándose en nuestro caso de agentes al servicio de una potencia extranjera o de vulgares delincuentes protagonistas de actos de odio y violencia.
A qué escuela asistió el Sr. McAllister que no entiende las estadísticas o no sabe leer que en Cuba el Estado muestra un empeño ejemplar por proteger a su población de la pandemia; que, en el momento más complejo en número de contagios de la COVID-19, ubica a Cuba en el lugar 19 de las Américas; que ha sido capaz de producir las primeras dos vacunas latinoamericanas para combatir la enfermedad; que su tasa de vacunación –al cierre del 11 de julio– es la más alta del mundo; que aún bajo un bloqueo recrudecido durante la pandemia, Cuba lamenta cada fallecido y registra hoy una tasa de letalidad entre las menores en el planeta: 0,66% frente a 2,15% en el mundo y a 2,61% en las Américas.
En lugar de inventar una crisis humanitaria, el Sr. McAllister debería, al menos, escuchar a los ciudadanos de Europa que se beneficiaron de la solidaridad de las brigadas médicas cubanas en el enfrentamiento a la pandemia.
McAllister nos acusa de tener un sistema económico que causa escasez crónica de alimentos, medicinas y otros servicios básicos, para luego recordar tímidamente sanciones económicas que suponen un reto para el desarrollo de Cuba. No se atreve a admitir que se trata de una persecución económica, comercial y financiera de carácter genocida como no ha padecido pueblo alguno, o que hace unas semanas la Asamblea General de las Naciones Unidas volvió a demandar de manera casi unánime el fin del bloqueo impuesto por el gobierno de EE.UU. contra Cuba.
Atrévase, Sr. McAllister, a defender el derecho de los empresarios y los bancos europeos a negociar libremente con Cuba, impedidos de hacerlo por las leyes extraterritoriales de los Estados Unidos.
Si no respeta, Sr. McAllister, la inteligencia y el civismo de los ciudadanos de Europa, no olvide que el pueblo cubano sabe hacerse respetar».