Beijing, 1 ago (RHC) Cubanos residentes en China rechazan cualquier expresión de odio e insisten en que solo desde la unidad de todos los compatriotas podrán superarse las dificultades y construir un mejor futuro en su país.
Loany Calvo dijo a Prensa Latina que los sucesos del pasado 11 de julio fueron una lección y debe sacarse la mejor enseñanza, porque hubo 'una multitud de factores y no existe una respuesta sencilla'.
'Creo que la instigación externa está muy clara (aunque algunos aún la nieguen), así como la manipulación y las continuas actividades subversivas. Pero esto no es factor suficiente: tiene que haber una base para que surta efecto', indicó el joven.
En ese contexto citó al bloqueo económico, financiero y comercial impuesto por Estados Unidos desde hace décadas y cómo su incidencia en las carencias materiales genera un malestar general y un aumento de tensión que busca desestabilizar y corroer la sociedad desde adentro.
Enfatizó en que esos elementos junto a la compleja situación derivada de la pandemia de Covid-19, potenció muchos problemas y ejerció más estrés en la isla.
'Sin embargo, mirar solo para afuera no es hacer un análisis completo. El negocio de crear odio hacia Cuba es demasiado lucrativo: no cesará. Pero tenemos que progresar a pesar de ello y creo que debemos centrarnos en lo que está en nuestras manos (…) No se trata de esperar a que lo externo cambie, se trata de progresar a pesar de ello', acotó Calvo.
Asimismo apostó por propiciar nuevas oportunidades de diálogo, intercambio de ideas sin paternalismo y lograr más participación del pueblo en la toma de decisiones, basadas en información transparente y análisis.
'Hay que abrir debates honestos. Porque donde hagamos silencio, estaremos creando una brecha por donde prevalecerá la manipulación externa, la fuerza hay que crearla adentro, a través de búsqueda de soluciones ingeniosas y el fomento a la creatividad, sin perder de vista el horizonte: buscando siempre el mayor bienestar para el pueblo', apuntó.
Lamentó que algunos opten por los insultos, las amenazas y el odio en las redes sociales y hasta respalden ideas de injerencia e intervención en la nación antillana.
'Desde el punto de vista personal, veo muy ingenuo (si no hay otras razones) pensar que la solución a nuestros problemas está en anexarnos o someternos a la política exterior de otro país, incluso sin mencionar el costo en miles de vidas humanas y pérdidas materiales y patrimoniales que esto ocasionaría', aseveró.
Es mucho lo que vamos a perder por el precio de una Coca-Cola', resumió el joven.
Similares opiniones compartió con Prensa Latina su compatriota Julio Laguardia y recalcó 'que pedir sabotajes, aplaudir que se apedreen a hospitales y otros centros, hacer un llamado a la intervención en nuestro país, es como mínimo, una actitud deplorable.'
'Condeno todo tipo de llamado al odio entre cubanos, injerencia en nuestro país de un gobierno externo y mucho menos intervención', señaló.
La palabra, el debate entre cubanos y nadie más debe ser la única manera de solventar los problemas que enfrentamos ya sea los originados por ineficiencias propias o por acciones externas como el bloqueo impuesto a Cuba por décadas', afirmó el joven, también residente en China.
Según estimó, si todas las energías se canalizaran en aras de eliminar el cerco estadounidense, se estaría en condiciones de evaluar realmente la gestión del gobierno.
Valoró de muy oportunista y bajo apoyar esa política genocida, y a la vez acusar de ineficiencia a los dirigentes cubanos aunque existan otros tipos de problemas internos por resolverse.
En ese sentido, Laguardia subrayó que 'los objetivos del bloqueo económico a nuestro país están claros en la propia ley ilegal: matar de hambre al pueblo cubano para así lograr una destitución' de su Ejecutivo. (Fuente:PL)