Sacerdote jesuita Benito Carlos José Viñes Martorell.
Uno de sus aportes consistió en la elaboración del primer pronóstico y primer aviso de ciclón tropical, escribió Luis Enrique Ramos Guadalupe, secretario de esa organización, en un comentario a la Agencia Cubana de Noticias.
Añadió que su previsión tuvo una repercusión sobresaliente para la historia de la ciencia en cuestión, con fechas del 11 y 13 de septiembre de 1875, cuando dirigió el observatorio de La Habana este meteorólogo y astrónomo nacido en Catalunya en 1837.
En 1877 enunció las leyes de la traslación y la rotación ciclónica, aplicables en todo el trópico y también el primero en realizar expediciones meteorológicas en la región del Caribe, señaló al referirse a sus méritos en el aniversario 130 de su fallecimiento el 23 de julio de 1893.
Viñes Martorell arribó a Cuba en marzo de 1870 y de inmediato se hizo cargo del observatorio del colegio de Belén, donde promovió el reinicio de las observaciones meteorológicas, el cálculo, elaboración y publicación de los datos climatológicos estadísticos, de acuerdo con otras fuentes.
Todo ello a partir de las observaciones registradas y el desarrollo de estudios regulares acerca de la meteorología tropical y el estado del tiempo en La Habana, indicaron.
La utilización de las observaciones, especificaron, sobre la dirección de los ciclones y los análisis respectivos, le valieron para redactar obras de gran importancia para la ciencia, sobre todo en la construcción de los aparatos denominados ciclonoscopio de las Antillas.
Estos últimos servían para orientar a los capitanes de los buques que se hallaran en el Caribe o en el Golfo de México con vistas a determinar la existencia de los huracanes.
Su obra trascendió, pues sus ideas y teorías las tomaron en cuenta casi todos los meteorólogos en el mundo durante la primera mitad del siglo XX. (Fuente:ACN)