Congreso Campesino en Armas.
La Habana, 21 sep (RHC) Cuba, y en especial su Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP), conmemora este jueves el aniversario 65 del primer Congreso Campesino en Armas realizado en uno de los frentes del guerrillero Ejército Rebelde de Fidel Castro.
En los predios de soledad de Mayarí, en la oriental provincia de Santiago de Cuba, tuvo lugar la reunión con los campesinos en la que hizo uso de la palabra el entonces Comandante Raúl Castro, quien – radicado en esa zona-, dirigía el II Frente Oriental Frank País García.
El objetivo superior de aquella convocatoria sería delinear la reforma agraria que requería el campo cubano una vez que el movimiento insurgente tomara el control de la nación. Esta debía ser radical y con la fuerza para barrer el latifundismo de las empobrecidas serranías del país.
Debía ser una verdadera transformación del campo cubano que hiciera desaparecer a los terratenientes, que devolviera la tierra a sus verdaderos dueños, los campesinos, y acabara con la explotación, el abandono, el analfabetismo, la miseria y la opresión que sufrían hombres y mujeres de las montañas.
Para ese cambio colosal, los guerrilleros encabezados allí por su jefe en aquellos predios, el hoy líder de la Revolución Cubana, general de ejército Raúl Castro, necesitaban la unidad de los campesinos, en su más diversas agrupaciones.
Por esa razón estaban en la cita: “pequeños campesinos, aparceros, precaristas, semiproletarios, gente acosada por los desalojos, las persecuciones y los asesinatos, indefensos ante un sistema que imponía la ley de la fuerza para privarlos de sus derechos”, refiere el periodista santiaguero, Orlando Guevara.
De tal manera, el evento se había gestado desde junio de ese mismo año, con la creación del Comité regional Campesino que abarcaba el territorio del II Frente Oriental, bajo el mando de Raúl Castro.
De acuerdo con investigaciones de Guevara, aquel Comité Regional, se había convertido en 63 comités agrarios, con unos cinco mil campesinos agrupados. “Y de esa masa, de sus sentimientos, sufrimientos y aspiraciones, surgieron los aspectos que debían formar parte de las discusiones y decisiones de ese evento”, refiere el periodista.
El primer Congreso Campesino en armas se propuso metas más allá de las justas denuncias y reivindicaciones. Lo primero y más esencial era derrotar a la tiranía de Fulgencio Batista y con ello debilitar las bases del sistema capitalista que imperaba en Cuba con el apoyo del gobierno de los Estados Unidos.
En consecuencia, los delegados al Congreso resolvieron apoyar incondicionalmente al Ejército Rebelde, con medidas concretas, como fueron la de aportar el 10 por ciento del valor de las cosechas y de la venta de animales y madera, para la causa revolucionaria.
Aquella contribución tuvo una significación especial; ese apoyo logístico y la incorporación de muchos campesinos a los frentes de batalla contribuyeron al éxito del insurgente Ejército Rebelde en las lomas, y a la victoria definitiva del movimiento revolucionario.
La historia posterior retribuiría al campesinado cubano aquella determinación expresaba en la jornada del 21 de septiembre de 1958 en el lomerío oriental.
Como se hizo tradicional en la recordación de esa efeméride, las organizaciones de base de la ANAP estimulan a sus labriegos destacados y reconocen también a las formas de producción cooperativas y empresas agrícolas de cada provincia. (Fuente:PL)