El gran desafío en política exterior de Cuba continúa siendo la hostilidad de los gobiernos de Estados Unidos.
La Habana, 18 nov (RHC) El ministro de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez Parrilla, reiteró este sábado que Cuba tiene la voluntad de construir una relación respetuosa y civilizada con el gobierno de Estados Unidos, pero este carece de la voluntad política para avanzar en esa dirección.
Durante 2015 y 2016, incluso en 2017, demostramos esa disposición y se constató también que sería algo posible y mutuamente beneficioso, afirmó Rodríguez, al inaugurar la IV Conferencia La Nación y la Emigración, que sesionará hasta mañana en el capitalino Palacio de Convenciones, con la asistencia de unos 400 cubanos residentes en el exterior.
Nuestro ánimo es seguir expandiendo y profundizando lazos con diversos sectores de la sociedad estadounidense, sostuvo el canciller cubano, quien precisó que esta cita permitirá reflexionar e intercambiar sobre importantes temas de la nación y acerca de los vínculos con los connacionales que viven en el exterior.
El respeto irrestricto a la soberanía e independencia de la Patria y la voluntad común de continuar fortaleciendo y diversificando nuestros lazos son premisas que compartimos, señaló.
Indicó que los presentes conocen que la isla atraviesa una situación económica complicada, con impactos sociales visibles que afectan el nivel de vida, la satisfacción de necesidades, los servicios sociales y el bienestar de nuestro pueblo.
Sufrimos el efecto combinado del recrudecimiento extremo del bloqueo económico, comercial y financiero de Estados Unidos, las secuelas de la pandemia de Covid-19 y el impacto económico de la crisis global y de los conflictos internacionales en curso, refirió.
Apuntó que ello ocurre en medio de un proceso transformador y revolucionario en la economía nacional, orientado a actualizar el sistema socialista, hacerlo más eficiente y adaptarlo a las realidades actuales del país y del mundo.
«Es un proceso que genera sus propias fricciones y que hemos acometido conscientes de su necesidad y de sus riesgos, pero seguros de que era ineludible y urgente, aseguró y agregó que hemos tropezado también con nuestras propias deficiencias, distorsiones y dificultades, sobre las cuales trabajamos sin descanso, pensando siempre en el bienestar del pueblo», subrayó.
Tras señalar que el gobierno cubano mantiene el firme compromiso de salvaguardar la justicia social y proteger en todo lo posible la equidad que nos caracteriza, Rodríguez indicó que «estamos convencidos de que encontraremos con nuestro propio esfuerzo, la salida a tan complejo escenario».
Destacó que en el ámbito internacional Cuba disfruta de amplias relaciones, prácticamente con todos los países, con buena parte de ellos tiene vínculos de amistad y cooperación, incluso con aquellos gobiernos que puedan tener diferencias políticas o ideológicas.
Cuba tiene elevado prestigio y es reconocida por sus contribuciones a favor de la paz, el diálogo y el entendimiento, abundó y exaltó que el pasado día 2, la Asamblea General de Naciones Unidas reclamó casi unánimemente al gobierno de Estados Unidos poner fin al bloqueo.
El canciller cubano expresó que el gran desafío en política exterior de Cuba continúa siendo la hostilidad de los gobiernos de Estados Unidos, su empeño en negar nuestro derecho a la libre determinación y en dominar nuestra nación.
El elemento fundamental y dominante continúa siendo el bloqueo, al que calificó de propósito avieso que se amplió sustancialmente con la Ley Helms-Burton y desde 2019 se reforzó aún más y de manera sin precedentes.
Aseveró que la arbitraria designación de Cuba como Estado patrocinador del terrorismo agregó un efecto extremadamente dañino con altos costos y limitaciones para las financias y el comercio.
«La asfixia provocada por el bloqueo y las medidas extremas de los últimos años constituyen una violación masiva, flagrante y sistemática de los derechos humanos de los cubanos, continúan siendo el mayor obstáculo para nuestro desarrollo y tienen un impacto directo y determinante en los altos flujos migratorios», denunció.
Esta política -sostuvo- es acompañada de programas de desestabilización y destrucción del orden constitucional que el Congreso de Estados Unidos financia con decenas de millones de dólares, que incluye interferir en el proceso transformador de la economía cubana, pretendiendo segmentarla artificialmente e ignorar que esta es una sola.
Rodríguez manifestó el más profundo agradecimiento a los cubanos residentes en el exterior por sus pronunciamientos y ayuda fraterna, tantas veces acompañada de ese amplio y universal movimiento de solidaridad con Cuba, así como por los donativos recibidos durante la etapa más crítica de la Covid-19. (Fuente:PL)