Foto tomada de Prensa Latina
La Habana, 29 may (RHC) El miembro del Buró Político y vicepresidente de Cuba, Salvador Valdés Mesa, propuso acciones para movilizar recursos que necesitan los pequeños estados insulares para vencer retos de su desarrollo.
Los desequilibrios del sistema financiero internacional no proporcionan la estabilidad necesaria para alcanzar los objetivos de desarrollo sostenible y atender las necesidades especiales de estos países, denunció al intervenir en la IV Cumbre de Pequeños Estados Insulares en Desarrollo (PEID) que sesiona en la capital de Antigua y Barbuda.
Enfatizó que todos los desafíos que enfrentan los PEID “se exacerban de manera exponencial para Cuba, debido al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por el Gobierno de los Estados Unidos durante más de seis décadas y por la inclusión arbitraria de nuestro país en la unilateral lista de supuestos Estados patrocinadores del terrorismo”.
En este evento, Valdés Mesa expuso un conjunto de acciones que propone Cuba en cuanto a la crucial cuestión sobre la movilización de recursos para estos territorios, según publicó el sitio web de la Presidencia de la mayor de las Antillas.
Entre ellas mencionó recapitalizar los Bancos Multilaterales de Desarrollo y mejorar sus condiciones de préstamo, y cumplir de una vez el compromiso de los países desarrollados con la Asistencia Oficial al Desarrollo, mediante asignaciones basadas en las vulnerabilidades, no solo en los ingresos.
También fortalecer el sistema de bancos públicos de desarrollo, con mayor capacidad y más cooperación entre bancos nacionales y multilaterales para alinear sus actividades con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, el Acuerdo de París y la nueva Agenda de Antigua y Barbuda.
Asimismo, definir el acceso de los PEID a la financiación en condiciones favorables y a la cooperación técnica a partir de criterios más allá del Producto Interno Bruto, que contemplen la vulnerabilidad multidimensional.
Otra acción es revisar de manera exhaustiva la política de recargos del Fondo Monetario Internacional, que incluya su suspensión, reducción permanente significativa o eliminación.
Además, instrumentar un servicio específico de apoyo a la sostenibilidad de la deuda de los PEID, que involucre a los acreedores multilaterales, oficiales bilaterales y privados, bajo los auspicios de las Naciones Unidas.
Propuso también rediseñar los contratos e instrumentos de deuda para que incluyan cláusulas de alivio, canje o reestructuración ante catástrofes naturales o choques macroeconómicos.
A esto se suma capitalizar el fondo sobre pérdidas y daños, poner en marcha el Objetivo Global de Adaptación y establecer una nueva meta cuantificada de financiamiento climático, que tenga en cuenta las prioridades y necesidades de los pequeños Estados Insulares en Desarrollo.
Y, finalmente, racionalizar el papel de las agencias de calificación crediticia, para que dejen de ser árbitros y actores en el mismo mercado financiero que regulan. (Fuente: Prensa Latina)