Captura de pantalla
La Habana, 9 nov (RHC) El presidente Miguel Díaz-Canel encomió este sábado la participación de los cubanos en las labores de reconstrucción de las viviendas, infraestructuras y servicios dañados tras el paso por la isla de los huracanes Rafael y Oscar.
El primer mandatario calificó en X de “heroísmo colectivo”, la actitud de mujeres y hombres que continúan enfrentando la adversidad sin darse tregua. “Los ví en Guantánamo (Oriente, tras el ciclón Oscar) y ahora los reencuentro en La Habana, Mayabeque y Artemisa, dándolo todo por levantar al país”, escribió.
El jefe de Estado instó la víspera a trabajar de manera organizada y efectiva para regresar pronto a la normalidad en los territorios occidentales impactados por el huracán Rafael que azotó a la isla caribeña con categoría 3 en la escala Saffir-Simpson.
Díaz-Canel constató en Mayabeque y Artemisa, el “huracán de trabajo” desplegado tras el paso del fenómeno meteorológico que dejó cuantiosas pérdidas materiales en ambos territorios.
El presidente cubano agradeció también la colaboración de los pobladores en el proceso de evacuación realizado en esa zona costera, donde fue necesario proteger a más de dos mil 900 personas, ante el peligro de inundaciones.
Reconoció, asimismo, la operación desplegada por miembros de la Cruz Roja “que, en medio del huracán, rescataron a personas atrapadas en un derrumbe y las pusieron a buen resguardo”.
Luego del tránsito por la nación antillana de ambos ciclones, se desplegaron contingentes de linieros y otros especialistas del sector eléctrico de Camagüey, Holguín, Las Tunas y Granma, con el fin apoyar las labores de recuperación en todos los territorios afectados.
En apenas 15 días, Cuba fue afectada por el huracán Oscar que tocó tierra a las 5:50, hora local, del 21 de octubre en las cercanías de Baracoa, provincia de Guantánamo, con vientos de aproximadamente 130 km/h, según reportes del Instituto cubano de Meteorología.
Rafael, por su lado, azotó el occidente de Cuba el 5 de noviembre con vientos superiores a los 100 kilómetros por hora, lo que provocó perjuicios en las provincias de Artemisa, Mayabeque y La Habana, fundamentalmente en la agricultura, las viviendas, la infraestructura hospitalaria y el sistema eléctrico. (PL)