La Habana, 19 de oct. (RHC). La Organización Mundial de la Salud (OMS) hace énfasis en que las naciones en vias de desarrollo deben implementar estrategias combinadas que aborden el cáncer mamario y el cervicouterino de manera eficaz y eficiente.
También pone sobre la mesa los temas como la sensibilización del público en general, los mecanismos de control, la promoción de políticas y programas adecuados, como estrategias fundamentales para combatir este mal entre la población no sólo femenina sino también entre los hombres.
El control de factores de riesgo específicos modificables, así como una prevención integrada eficaz de las enfermedades no transmisibles que promueva los alimentos saludables, la actividad física y el control del consumo de alcohol, el sobrepeso y la obesidad, tendrían un efecto de reducción de la incidencia del cáncer de mama a largo plazo.
Este padecimiento es más frecuente entre las mujeres tanto en los países desarrollados como en desarrollo. La incidencia está aumentando en el mundo debido a la mayor esperanza de vida, el aumento de la urbanización y la adopción de modos de vida occidentales, alerta la OMS.
Aunque reducen en cierta medida el riesgo, las estrategias de prevención no pueden eliminar la mayoría de los casos de cáncer de mama que se dan en las naciones de ingresos bajos y medios, donde el diagnóstico del problema se hace en fases muy avanzadas.
El cáncer de mama es el más común entre las mujeres de la orbe, pues representa el 16 por ciento de todos los cánceres femeninos. Se estima que en 2004 murieron 519 mil mujeres y aunque es considerada como una enfermedad del mundo desarrollado, la mayoría -un 69 por ciento- de las defunciones por esa causa se registran en las naciones en desarrollo, señala un estudio sobre Carga Mundial de Morbilidad, 2004 de la OMS.
Sin embargo la incidencia varía mucho, en Europa oriental, América del Sur, África austral y Asia occidental presentan incidencias moderadas, pero en aumento. La más baja se da en la mayoría de los países africanos, pero también en ellos se observa un incremento de la incidencia de cáncer de mama.
Las tasas de supervivencia del cáncer mamario varían mucho en todo el mundo, desde el 80 por ciento o más en América del Norte, Suecia y Japón, pasando de un 60 por ciento aproximadamente en los países de ingresos medios, hasta cifras inferiores al 40 por ciento en los de ingresos bajos.
La bajas tasas de supervivencia observadas en las naciones poco desarrolladas pueden explicarse principalmente por la falta de programas de detección precoz, que hace que un alto porcentaje de mujeres acudan al médico con la enfermedad ya muy avanzada, pero también por la falta de servicios adecuados de diagnóstico y tratamiento.