Por: Nuria Barbosa León
La tuberculosis (TB) provoca la muerte a unos dos millones de personas, de los ocho que desarrollan esta enfermedad cada año en el mundo. Mientras en Cuba, la tasa de infección es de 6,9 por cada cien mil habitantes, unos 700 casos nuevos por año, y el índice de fallecimiento por esta causa es ínfimamente bajo.
A pesar de ser descubierta hace más de un siglo por el premio Nobel de Medicina Robert Koch, quien identificó el bacilo infeccioso y lo nombró por su apellido, esta Mycobacterium es curable dependiendo de un diagnóstico temprano y un tratamiento oportuno. A los niños se le protege de las formas graves de la enfermedad con la vacuna BCG pero ello no evita el desarrollo de otras mutaciones y el contagio a través de cepas resistente a los fármacos.
A criterio de la doctora María Teresa Milanés Virelles, especialista en Neumología, Cuba exhibe una baja tasa de fallecimiento e infección, porque a lo largo y ancho del país se ejecuta un programa nacional, que describe los protocolos médicos para la prevención y la cura de la peligrosa patología, iniciados desde el mismo triunfo de la Revolución (1ro de enero de 1959).
La también Máster en Ciencias en enfermedades infecciosas indicó en entrevista exclusiva a Granma Internacional: «Una vez que al paciente le declaran un diagnóstico positivo recibe un tratamiento supervisado y controlado. Primeramente con el medicamento seguro y gratuito, una dieta reforzada y una prescripción médica para exonerarlo del trabajo aunque reciba su salario íntegramente, lo cual evita el contagio en las instituciones laborales y sociales».
Para prevenir la TB se ejecutan pesquizajes aleatorios y cuando existe sospechas en un territorio se acorralan los focos infecciosos a través de un control a familiares cercanos y lejanos, amigos y vecinos, explicó la doctora e insistió en la detección de personas asintomáticas o que transitan por una fase ligera de la enfermedad. «En tales casos se orienta una quimioprofilasis con la administración de un medicamento durante seis meses para su prevención», puntualizó la neumóloga, miembro de la Unión Internacional de Enfermedades Respiratorias y Tuberculosis.
Los pulmones resultan los principales órganos dañados por la infección pero se puede propagar hacia el sistema nervioso central, el linfático, el circulatorio, el genitourinario, el aparato digestivo, los huesos, las articulaciones e incluso la piel. Basta que un enfermo de TB tosa, estornude o escupa pues expulsa los bacilos al aire, y otra persona lo inhale para quedar infectada.
Entre los síntomas y signos más frecuentes, la especialista destaca la tos con flema persistente por más de 15 días, a menudo con sangre en el esputo, fiebre, sudoración nocturna, mareos momentáneos, escalofríos y pérdida de peso, los cuales pueden ser leves durante muchos meses. En este sentido insiste en no subestimar esas señales de alerta y acudir con prontitud al consultorio médico para descartar la TB.
Igualmente señaló como grupos vulnerables a todos aquellos que conviven con un enfermo de tuberculosis, el alcoholismo, el VIH, el hábito de fumar, la nutrición inadecuada y el hacinamiento, entre otros factores.
Por tal motivo, los especialistas cubanos investigan en los métodos diagnósticos, los estudios radiológicos, la prevalencia de enfermos en las distintas zonas del país, las influencias del clima tropical para desarrollar la patología, más seguimientos a las funciones fisiológicas del enfermo.
Para evitar la propagación, la doctora Milanés Virelles exhortó a fomentar hábitos de higiene personal y en el hogar para impedir la entrada del germen a través de los órganos sensoriales respiratorios, entre ellos: « taparse la boca al toser, evadir el contacto con enfermos, no compartir objetos personales como cubiertos, vasos, cosméticos, y otros».
Insistió en no automedicarse y en clasificar a la tuberculosis como una enfermedad oportunista que se ensaña con el fumador, el alcohólico, los pacientes inmunodeprimidos y las personas con estilos de vida no saludables.
Al encontrarse ante un caso sospechoso se remite a los servicios de neumologías existentes en todas las provincias del país en instituciones del nivel secundario de salud.
Comentó que la Mayor de las Antillas forma neumólogos de acuerdo con las necesidades de especialistas para cada año. En algún momento de la residencia médica se rota por el área de enfermedades infecciosas del pulmón y los jóvenes galenos profundizan en el estudio de la tuberculosis. Para ellos, están diseñados cursos de postgrado, maestrías y doctorados.
Cuba conmemora el Día Mundial contra la tuberculosis cada 24 de marzo con diferentes acciones de promoción y prevención de la salud. Igual desarrolla eventos internacionales con participación de los especialistas nacionales. Existe un intercambio constante y una gran comunicación entre la comunidad de neumólogos dentro y fuera de las fronteras.
En el año 2013, la Organización Mundial de la Salud (OMS) incluyó a Cuba en una selecta lista de países que podrían eliminar la enfermedad para el 2035 por sus resultados en la aplicación de serios programas para el control de la patología. A criterio de la doctora Milanés Villeres este mal puede erradicarse de una vez y por todas.