La Habana, 24 ene (RHC) El doctor Roberto Álvarez Fumero, jefe del departamento de Atención Materno Infantil y del Adolescente, del Ministerio de Salud Pública (Minsap) de Cuba, destacó este 24 de enero, en La Habana, que el país figura entre los primeros 19 con más baja tasa de mortalidad infantil: 4,0 por cada mil nacidos vivos, en 2017.
Lo anterior trascendió en una conferencia que el especialista impartió en la apertura del XXVIII congreso cubano de Pediatría, ante más de 400 delegados nacionales, de Latinoamérica, Europa, y otras naciones, reunidos en el Palacio de Convenciones.
Álvarez Fumero explicó que hace 10 años el indicador se mantiene por debajo de cinco, lo cual ha sido posible gracias al esfuerzo, sacrificio, entrega y compromiso de los miles de profesionales que laboran en esos servicios.
Detalló que el programa nacional de inmunización cuenta con 11 vacunas contra 13 enfermedades prevenibles, se fomenta la atención a la retinopatía de la prematuridad, se incrementa el pesquisaje de discapacidad y se atienden 22 enfermedades crónicas de la infancia.
El especialista remarcó que esos notables logros han sido posibles pese a las limitaciones del cruel bloqueo económico, comercial y financiero impuesto a Cuba por Estados Unidos hace más de 55 años, refiere la información de la Agencia Cubana de Noticias.
Apuntó como retos del Minsap, la consolidación de las acciones de prevención de la transmisión materno-infantil del virus de inmunodeficiencia humana, para mantener la validación internacional; así como reducir la prevalencia de la anemia, y la obesidad y la fecundidad en la adolescencia.
Por su parte, la doctora Carmen Rosa Martínez, directora de Atención Médica del Minsap, reconoció el quehacer de los pediatras y otros profesionales del sector que han hecho posible los resultados que hoy exhibe Cuba.
Explicó que en 2017 se redujo la mortalidad neonatal (menores de 28 días de vida) de 2,4 a 2,1 por cada mil nacidos vivos, también las causas de muertes por afecciones perinatales de 1,5 a 1,3 y dentro de estas las relacionadas con la prematuridad como la hemorragia intraventricular y la pulmonar, entre otras.
La tasa de mortalidad infantil por malformaciones congénitas se mantuvo en 0,8 por mil nacidos vivos, y recordó que el año precedente por cada defunción sobrevivieron 231,6 menores de un año y sobreviven 180,8 niños a los cinco años.