Washington, 28 jul (RHC) La Organización Panamericana de la Salud (OPS) llamó a los países del área a intensificar los esfuerzos para garantizar el diagnóstico y el tratamiento de la hepatitis, al conmemorarse hoy el Día Mundial contra esa enfermedad.
Mediante una nota difundida en la capital estadounidense, donde tiene su sede el organismo, se indicó que las hepatitis B y C afectan a 325 millones de personas en el mundo, lo que resulta en 1,34 millones de muertes cada año.
En el caso de la región de las Américas, 3,9 millones de habitantes viven con hepatitis B crónica y 7,2 millones con hepatitis C crónica, al tiempo que se registran más de 125 mil defunciones anuales.
Al mismo tiempo, el cuarto tipo de cáncer que más decesos provoca entre los hombres y el séptimo entre las mujeres del hemisferio occidental es el de hígado, una enfermedad con claros vínculos con esos tipos de hepatitis.
De acuerdo con la OPS, ante ese panorama la región debe redoblar los esfuerzos para garantizar su prevención, detección y tratamiento.
Mientras que algunos países han logrado grandes avances para enfrentar los riesgos para la salud pública que plantean las hepatitis, muchos siguen rezagados, consideró Marcos Espinal, director del Departamento de Enfermedades Transmisibles y Determinantes Ambientales de la Salud de la entidad.
Sabemos que tratar la hepatitis C puede reducir en 75 por ciento el riesgo de desarrollar cáncer de hígado, pero solo un 14 por ciento de las personas con ese padecimiento en América Latina y el Caribe han sido diagnosticadas y menos del uno por ciento recibe el tratamiento que necesitan, apuntó.
El texto con motivo del Día Mundial contra la Hepatitis 2018, que tiene como tema Es hora de diagnosticar, tratar y curar, recordó que en 2015 y 2016, los ministros de Salud de las Américas acordaron acciones para reducir la carga de las hepatitis y eliminarlas como problema de salud pública para 2030.
Desde entonces, los esfuerzos para garantizar la vacunación contra la hepatitis B han continuado, y todas las naciones latinoamericanas y caribeñas vacunan a los niños menores de un año, 22 de ellos en las primeras 24 horas después del nacimiento.
Sin embargo, el texto lamentó que cuando se trata del tratamiento de las personas que viven con hepatitis C crónica, queda mucho por hacer.
Nuevos avances muestran que más del 95 por ciento de los infectados podrían curarse, pero, en toda la región, la gran mayoría de quienes viven con ella no tienen acceso asequible a medicamentos altamente efectivos como los antivirales de acción directa, que pueden curarla en tres meses o menos tiempo.
La enfermedad, consistente en una inflamación del hígado, es causada por uno de los cinco virus de la hepatitis llamados tipo A, B, C, D y E, y puede provocar infecciones agudas y evolucionar hacia un padecimiento hepático crónico, cirrosis, cáncer o incluso la muerte.
En el caso de la región de las Américas, 3,9 millones de habitantes viven con hepatitis B crónica y 7,2 millones con hepatitis C crónica, al tiempo que se registran más de 125 mil defunciones anuales.
Al mismo tiempo, el cuarto tipo de cáncer que más decesos provoca entre los hombres y el séptimo entre las mujeres del hemisferio occidental es el de hígado, una enfermedad con claros vínculos con esos tipos de hepatitis.
De acuerdo con la OPS, ante ese panorama la región debe redoblar los esfuerzos para garantizar su prevención, detección y tratamiento.
Mientras que algunos países han logrado grandes avances para enfrentar los riesgos para la salud pública que plantean las hepatitis, muchos siguen rezagados, consideró Marcos Espinal, director del Departamento de Enfermedades Transmisibles y Determinantes Ambientales de la Salud de la entidad.
Sabemos que tratar la hepatitis C puede reducir en 75 por ciento el riesgo de desarrollar cáncer de hígado, pero solo un 14 por ciento de las personas con ese padecimiento en América Latina y el Caribe han sido diagnosticadas y menos del uno por ciento recibe el tratamiento que necesitan, apuntó.
El texto con motivo del Día Mundial contra la Hepatitis 2018, que tiene como tema Es hora de diagnosticar, tratar y curar, recordó que en 2015 y 2016, los ministros de Salud de las Américas acordaron acciones para reducir la carga de las hepatitis y eliminarlas como problema de salud pública para 2030.
Desde entonces, los esfuerzos para garantizar la vacunación contra la hepatitis B han continuado, y todas las naciones latinoamericanas y caribeñas vacunan a los niños menores de un año, 22 de ellos en las primeras 24 horas después del nacimiento.
Sin embargo, el texto lamentó que cuando se trata del tratamiento de las personas que viven con hepatitis C crónica, queda mucho por hacer.
Nuevos avances muestran que más del 95 por ciento de los infectados podrían curarse, pero, en toda la región, la gran mayoría de quienes viven con ella no tienen acceso asequible a medicamentos altamente efectivos como los antivirales de acción directa, que pueden curarla en tres meses o menos tiempo.
La enfermedad, consistente en una inflamación del hígado, es causada por uno de los cinco virus de la hepatitis llamados tipo A, B, C, D y E, y puede provocar infecciones agudas y evolucionar hacia un padecimiento hepático crónico, cirrosis, cáncer o incluso la muerte.