Washington, 21 oct (RHC) La Organización Mundial de la Salud (OMS) manifestó este lunes que el número de nuevos casos de tuberculosis disminuyó en los últimos años, sin embargo, aun es alta entre las poblaciones marginadas y de ingresos bajos.
Durante el pasado año alrededor de 10 millones de personas enfermaron de tuberculosis, de las cuales siete millones reciben niveles sin precedentes de tratamiento contra ese padecimiento que salva vidas, pero tres millones todavía no tienen acceso dada la grave escasez de fondos, lo que pone en peligro a las poblaciones en riesgo.
Ese avance permitió que el mundo alcanzara uno de los hitos más importantes en el cumplimiento de los objetivos de la Declaración Política de las Naciones Unidas sobre ese mal, explica el último informe de la OMS al respecto.
También señala que en 2018 disminuyeron las muertes por esta enfermedad: 1,5 millones frente a 1,6 millones en 2017.
Ello demuestra que son alcanzables las metas mundiales si se unen fuerzas a través de la Alianza Alto a la Tuberculosis y el Fondo Mundial de Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria, subrayó el doctor Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS.
Para lograr ese propósito el mundo debe acelerar los progresos si quiere alcanzar el Objetivo de Desarrollo Sostenible de poner fin a la tuberculosis para 2030, indicó el alto funcionario.
Actualmente, en muchos países la fragilidad de la infraestructura sanitaria y la escasez de personal dificultan la realización oportuna del diagnóstico y la administración de los tratamientos adecuados para esa enfermedad.
Los sistemas de notificación deficientes son otro problema, ya que aunque los proveedores de servicios de atención de la salud tratan a las personas, no notifican los casos a las autoridades nacionales, lo cual deja una imagen incompleta de las epidemias nacionales y de las necesidades de los servicios, señala el informe.
Además, hasta un 80 por ciento de los pacientes en los países de alta carga gastan más del 20 por ciento de sus ingresos familiares anuales en el tratamiento de la enfermedad.
Para el director general de la OMS, los progresos sostenidos en la lucha contra ese flagelo requerirán sistemas de salud sólidos y un mejor acceso a los servicios, lo cual significa una inversión renovada en la atención primaria de la salud y un compromiso con la cobertura sanitaria universal.
La OMS estima que la financiación internacional, que es fundamental para muchos países de ingresos bajos y medios, asciende a 900 millones de dólares en 2019, de los cuales el 73 por ciento proviene del Fondo Mundial, mientras que el déficit para la prevención y atención será de tres mil 300 millones de dólares. (Fuente: PL)