Por Apoorva Mandavilli (NYT)
El coronavirus puede infectar a cualquiera, joven o viejo, pero los hombres mayores tienen hasta el doble de posibilidades de enfermarse gravemente y morir que las mujeres de la misma edad.
¿Por qué? El primer estudio que examinó la respuesta inmunológica diferenciada por sexo arrojó una pista: los investigadores concluyeron que los hombres producen una respuesta inmunológica más débil al virus que las mujeres.
Los hallazgos sugieren que los hombres, sobre todo los mayores de 60 años, podrían necesitar más de las vacunas para protegerse contra la infección.
“La infección natural está fallando claramente” para suscitar respuestas inmunológicas adecuadas en los hombres, dijo Akiko Iwasaki, inmunóloga de la Universidad de Yale que dirigió el trabajo.
Los resultados son congruentes con lo que se sabe sobre las diferencias de sexo tras varios desafíos al sistema inmunológico.
Las mujeres desarrollan respuestas inmunológicas más rápidas y fuertes, quizás porque sus cuerpos están preparados para combatir los patógenos que amenazan a los niños no nacidos o recién nacidos.
Pero con el tiempo, un sistema inmunológico en estado constante de alerta máxima puede ser perjudicial. Por ejemplo, la mayoría de las enfermedades autoinmunes —que se caracterizan por una respuesta inmunológica demasiado fuerte— son mucho más frecuentes en las mujeres que en los hombres.
“Lo que vemos son las dos caras de la misma moneda”, dijo Marcus Altfeld, un inmunólogo del Instituto Heinrich Pette y del Centro Médico Universitario de Hamburg-Eppendorf en Alemania.
Los hallazgos enfatizan la necesidad de que las compañías que buscan vacunas contra el coronavirus analicen sus datos por sexo y también pueden influir en las decisiones sobre la dosis, dijeron Altfeld y otros expertos.
“Se podrían imaginar escenarios en los que una sola dosis de una vacuna podría ser suficiente en individuos jóvenes o tal vez en mujeres jóvenes, mientras que los hombres mayores podrían necesitar tres dosis de la vacuna”, dijo Altfeld.
Las compañías en busca de las vacunas contra el coronavirus aún no han publicado datos clínicos analizados según el sexo de los participantes, pero la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA por su sigla en inglés) les ha pedido que lo hagan, así como por origen racial y étnico, dijo el doctor William Gruber, uno de los vicepresidentes de Pfizer.
El equipo de Iwasaki analizó las respuestas inmunológicas de 17 hombres y 22 mujeres que fueron hospitalizados poco después de haber sido infectados por el coronavirus. Los investigadores recolectaron sangre, hisopos nasofaríngeos, saliva, orina y heces de los pacientes cada tres a siete días.
El análisis excluyó a los pacientes con respiradores y a los que tomaban medicamentos que afectan al sistema inmunológico “para asegurarse de que estábamos midiendo la respuesta inmunológica natural al virus”, dijo Iwasaki.
Los investigadores también analizaron los datos de otros 59 hombres y mujeres que no cumplían con estos criterios.
Sobre todo, los científicos encontraron que el cuerpo de las mujeres producía más células T, que pueden matar a las células infectadas con virus y evitar que la infección se propague.
Los hombres mostraron una activación mucho más débil de las células T, y ese rezago se vinculó con cuán enfermos se pusieron. Cuanto más mayores eran los hombres, más débiles eran las respuestas de las células T.
“Cuando envejecen, pierden su capacidad de estimular las células T”, dijo Iwasaki. “Si prestas atención a los que de verdad fallaron en la producción de células T, fueron los que empeoraron con la enfermedad”.
Pero “las mujeres mayores —incluso las muy mayores, como las de 90 años— aún tienen una respuesta inmunológica bastante buena y aceptable”, agregó.
En comparación con los trabajadores de la salud y los sujetos de control sanos, todos los pacientes tenían en la sangre niveles elevados de citoquinas, proteínas que hacen que el sistema inmunológico actúe. Algunos tipos de citoquinas, llamadas interleucina-8 e interleucina-18, estaban elevadas en todos los hombres pero solo en algunas mujeres.
Según los investigadores, las mujeres que tenían altos niveles de otras citoquinas se enfermaban más gravemente. A esas mujeres les iría mejor si se les dieran medicamentos que atenúan esas proteínas, dijo Iwasaki.
El estudio tiene limitaciones. Fue pequeño, y los pacientes eran mayores de 60 años en promedio, lo que hace difícil evaluar cómo cambia la respuesta inmunológica coon la edad.
“Sabemos que la edad está demostrando ser un factor muy importante en los resultados de la COVID-19, y la intersección de la edad y el sexo debe explorarse”, dijo Sabra Klein, experta en vacunas de la Escuela Bloomberg de Salud Pública de Johns Hopkins.
El estudio tampoco ofreció explicación para las diferencias entre hombres y mujeres. Debido a que las mujeres ya habían pasado la menopausia, en promedio, “es dudoso que las hormonas esteroideas sexuales estén involucradas”, dijo Klein.
Aún así, los nuevos hallazgos son “emocionantes” porque empiezan a explicar por qué a los hombres les va tan mal con el coronavirus, añadió: “Las respuestas más robustas de las células T en las mujeres mayores podrían ser una pista importante para la protección y deben explorarse más”.