Guterres llamó a seguir luchando contra el estigma
de buscar ayuda ante problemas mentales.
Naciones Unidas, 6 oct (RHC) La pandemia de la Covid-19 cobra también en todo el mundo una factura terrible en la salud mental de niños y adolescentes, destacó el secretario general de la ONU, António Guterres.
Por medio de su cuenta oficial en Twitter, el titular compartió el enlace del informe Estado Mundial de la Infancia 2021, el cual ofrece detalles sobre ese tema.
Asimismo, Guterres abogó por una mayor inversión en los servicios de salud y llamó a seguir luchando contra el estigma de buscar ayuda ante problemas mentales.
Según el reporte del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), uno de cada siete niños en todo el orbe ha sido afectado por los encierros a raíz de la pandemia, en tanto más de mil 600 millones de ellos sufren pérdidas en materia de educación.
Antes de la pandemia, casi 46 mil menores de edad se suicidaban cada año y esto solo se agravó con la emergencia sanitaria, detalla el informe.
Este impacto de la crisis sanitaria en la salud mental de los menores podría durar muchos años, advierte ese estudio.
Asimismo, destaca el abismo que existe entre las necesidades de salud mental y el presupuesto para atenderlas pues regularmente, los gobiernos asignan a esa área el dos por ciento de las partidas dirigidas al sector sanitario.
La directora ejecutiva de Unicef, Henrietta Fore, advirtió que no se le da suficiente importancia a la salud mental, incluso antes de la Covid-19.
El Estado Mundial de la Infancia 2021 alerta también que la pandemia puede representar solo la punta de un iceberg sobre salud mental, un problema ignorado por demasiado tiempo.
Por ello, ese estudio señala la necesidad de un enfoque integral para abordar esa esfera y reclama mayor protección para los niños que ya se encuentran en situaciones vulnerables.
De acuerdo con una encuesta internacional realizada en 21 países a cargo de Unicef y la empresa estadounidense Gallup, uno de cada cinco jóvenes con edades entre 15 y 24 años manifiestan sentirse a menudo deprimidos o con poco interés en hacer cosas.
La interrupción de las rutinas, la educación, la recreación, así como la preocupación por los ingresos familiares y la salud, hace que muchos adolescentes se sientan temerosos, enojados o preocupados por su futuro, indica el sondeo.
Hasta ahora, los trastornos mentales diagnosticados con mayor frecuencia entre niños y jóvenes son el síndrome de atención con hiperactividad, la ansiedad, el autismo, el trastorno bipolar, el trastorno de conducta, la depresión, los trastornos alimentarios, la discapacidad intelectual y la esquizofrenia. (Fuente:PL)