El Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA) de Cuba sorprendió recientemente con la revelación de un detallado catálogo sobre su colección de arte egipcio, la cual califica como la más importante de Latinoamérica.
La revisión recoge todas las piezas de esa institución, incluidos los últimos descubrimientos, al tiempo que incluye introducciones históricas a cada uno de los períodos.
De esta manera, además de científico, el texto adquiere también matices divulgativos para estudiantes, principalmente cubanos, y público en general interesado en la egiptología.
En un solo volumen, presentado en el Edificio de Arte Universal del MNBA, aparecen compilados los resultados de más de un año de trabajo de la curadora cubana de Arte Egipcio Aymée Chicuri y de las egiptólogas Milagros Álvarez e Irene Morfini, de España e Italia, respectivamente.
En palabras de presentación al catálogo, el viceconsejero de Cultura y Deportes del Gobierno de Canarias, Aurelio González, estimó que la colección será conocida y admirada a nivel internacional, al mismo tiempo que se podrá incluir en el itinerario cultural de quienes elijan a Cuba como destino.
A propósito, en declaraciones a Prensa Latina, Aymée Chicuri subrayó que el catálogo proyectará más allá de los límites antillanos las particularidades del inventario iniciado por el doctor Joaquín Gumá Herrera, Conde de Lagunillas (1909-1980).
"Será también un instrumento para especialistas de otros museos del mundo, para las universidades, que van a poder acceder a nuestros tesauros y establecer vías para el intercambio y la colaboración", detalló.
En efecto, el egiptólogo británico R. J. Demarée, de la Universidad de Leiden, significó la espectacularidad de la colección dada la variedad de objetos que cubren todos los aspectos de la civilización del antiguo Egipto.
Se cuentan así, piezas de alfarería, estatuas, papiros, escarabajos y piezas de uso diario, entre las cuales Demarée destaca la fina cabeza de piedra de una estatua del dios Amón y algunos fragmentos de un relieve del Nuevo Imperio.
Sobresalen igualmente un juego completo de jarrones de alabastro, así como una copia del llamado Libro de los Muertos de excepcional calidad.
En este punto, la egiptóloga canaria Milagros Álvarez insistió en la importancia de la colección, que, si bien era casi completamente desconocida para todos los egiptólogos y estudiosos del mundo, ahora, con la publicación del catálogo en inglés y español podrá ser citada como referencia.
"Una cosa interesantísima de esta compilación es que tiene un número de piezas suficientemente grande para cubrir todo lo que es la historia de Egipto, desde la prehistoria al período grecorromano", explicó Álvarez, quien forma parte de la Misión Arqueológica Canaria-Toscana junto a Irene Morfini.
Las salas dedicadas al arte egipcio del MNBA exhiben en la actualidad más de un centenar de piezas bajo un criterio temático que ofrece a los visitantes nacionales y foráneos diferentes aspectos de la vida y la muerte en el Egipto faraónico.
En una primera sala se ofrece una introducción a la vida y cultura egipcia con piezas que recrean la historia, la organización del Estado y su administración, el desarrollo de la escultura y el arte, así como la religión y los dioses.
Mientras, un segundo nivel está dedicado especialmente al culto funerario, en función de lo cual se representó una cámara mortuoria distinguida por la posición de un sarcófago egipcio protegido dentro de una gran vitrina en un lugar central del núcleo funerario.
Las piezas más antiguas de la colección atesoradas por la institución cubana proceden de la fase final del Período Predinástico en el Alto Egipto, aproximadamente entre 3500 y 3100 a. n. e. denominada Gerzeense (por el yacimiento de Gerza) o Naqada II.
La cabeza del dios Amón (664-332 a. n. e.) es considerada la pieza emblemática de la colección por lo exquisito de su talla, que muestra una doble textura en el tratamiento escultórico: lisa en el rostro y rugosa en el tocado.
(PL)