por Wilfredo Alayón
Conocida desde el siglo XIX como la Atenas de Cuba, la occidental ciudad cubana de Matanzas cumplirá el próximo 12 de octubre 324 años de fundada, sin embargo los nombres de sus calles tienen una centuria menos de vida.
Según el trabajo investigativo El urbanismo temprano en la Matanzas intrarríos, entre 1693 y 1800, de las especialistas Martha Escalona y Silvia Hernández, las denominaciones de sus arterias comenzaron a fines del siglo XVIII.
El estudio de Escalona y Hernández precisa que por acuerdo del Cabildo el 12 de marzo de 1794, las vías de la urbe, a 100 kilómetros al este de La Habana, se designaron con nombres de personalidades vinculadas a la prosperidad de la villa.
Una reseña sobre la publicación de esas historiadoras hecha por el periodista Roberto Pérez Betancourt precisa que, antes de esa decisión, los pobladores utilizaban el nombre o apellido de los vecinos para orientarse en el inicial entramado de víal.
Surge una abigarrada combinación de apelativos como Río, Ricla, Gelabert, Contreras, Manzano, Palomino, Rodríguez, Lamar, Morejón, González, Estévez, Baeza, Martínez, García, Portillo y Roque, a manera de ejemplo, acorde con la fuente.
Otros nombres, indica la nota, serían Milanés, Manzano, Daoiz, Magdalena, Jovellanos, Ayuntamiento, Santa Teresa, San Carlos, Zaragoza, Manzaneda, Dos de Mayo, América y Compostela.
Las calles, algo vivo
El fallecido investigador local Claudio Galindo señala en un cuaderno: 'los nombres que han recibido nuestras vías perpetúan hechos y personajes, que el folclor popular recuerda, aunque algunos han perdido su vigencia y son ya sombras de un pasado'.
Galindo evoca el singular caso de una arteria del barrio Versalles que se conoce por su segundo calificativo mientras que pocos recuerdan el primero.
Se trata de Plácido, que inicialmente fue Oña, llamada así en honor a Antonio García Oña, quien fue gobernador de esta ciudad, a la que dedicó esfuerzos e inteligencia.
Plácido fue el seudónimo del poeta Gabriel de la Concepción Valdés, víctima de la represión de la corona española por la llamada Conspiración de la Escalera, y quien fue fusilado en unión de otros 10 supuestos conspiradores.
Ayuntamiento es una arteria límite lateral con el céntrico Parque de la Libertad, y recibe tal apelativo en recordación de ese título de municipalidad que el 2 de febrero de 1851 recibió la piedra angular del Palacio de Gobierno.
Luis Daoiz fue un destacado oficial español en la lucha contra la opresión napoleónica, de ahí que los peninsulares aquí dedicaran su apellido a un paseo de Matanzas, que prevalece a pesar de contar con el del científico cubano Carlos de la Torre.
Galindo precisa que en el área de Pueblo Nuevo, tradicionalmente sus calles se designaron con nombres de figuras religiosas como Espíritu Santo, a pesar de titularse Filomeno Rodríguez, eminente médico pionero de la cardiología cubana.
Prevalece el apelativo de Contreras a otra vía del centro citadino, por don Jerónimo de Contreras, que cedió a la ciudad 268 solares para ensanchar la población, sobre el de Bonifacio Byrne, insigne bardo apodado el Poeta de la Bandera.
Mujica, por el patriota Domingo Mujica, supera en la preferencia a Isabel II, reina de España; pero 2 de mayo, fecha patria de la nación ibérica, resalta sobre 24 de febrero, día que en 1895 inició la ínsula la Guerra de Independencia.
En honor a dos generales
Desde la estación de ómnibus inicia una ancha avenida, la Calzada General Betancourt, aledaña a la bahía de Matanzas, con final en la bifurcación de dos carreteras: una hacia el balneario de Varadero y la otra para el centro de la provincia
El general Pedro Betancourt fue un célebre patriota matancero que al término de la contienda en 1898, fue designado miembro de la Asamblea Constituyente, gobernador de Matanzas, senador y Secretario de Agricultura, Comercio y Trabajo.
Falleció a los 74 años, el 16 de marzo de 1933, después de servir a la Patria, 'con las armas, integridad e inteligencia', destaca la publicación de Galindo.
De frente a la amplia y majestuosa bahía de Matanzas, se encuentra Pavía, llamada así en homenaje a un general ibérico que, según apuntes de prensa, ocupó militarmente Madrid, derribó el poder de la monarquía y entregó el gobierno a Serrano.
Las calles vieron a los precursores, sirvieron y sirven de escenario a fiestas, teatros de luchas obreras y de combativas marchas revolucionarias, reflejo del pulso de la vida de su población y de los visitantes.
(PL)
