La Habana, 21 ago-  La Casa del Veguero, situada en el famoso y pintoresco valle de Viñales es un lugar rodeado de pinares, que permite conocer detalles de la siembra del tabaco y la recolección de las hojas las cuales son almacenadas en aposentos de madera, donde los recién llegados pueden aprender asimismo algunos de los secretos del torcido o elaboración a mano de los puros cubanos a la usanza de antaño, comentó a Prensa Latina Yuliel Díaz, especialista de la Casa del Veguero.

Centenares de personas -añadió- visitan cada día el lugar, situado en las proximidades del pueblo de Viñales, declarado Paisaje Cultural de la Humanidad al igual que el valle de esa demarcación.

Ambos resultaron laureados en 1999 por la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), debido a la armonía hombre-entorno y la preservación de antiguas prácticas tanto agrarias como artísticas.

Distante 140 kilómetros de la capital cubana, Pinar del Río posee abundantes fincas donde los labriegos siembran la solanácea con métodos heredados de sus antepasados.

Aunque las de mayor prestigio pertenecen a los municipios de San Juan y Martínez y San Luis, territorios como Viñales conservan igualmente esa tradición junto al cultivo de la yuca y la malanga, alimentos preferidos por los lugareños.

Luego de acopiadas las hojas, la parcela demostrativa de la Casa del Veguero es utilizada para sembrar maíz hasta octubre o noviembre, cuando son reanudadas las labores tabacaleras, recordó Díaz.

Además de disfrutar de hoteles como Los Jazmines, los turistas prefieren caminar por más de una docena de senderos concebidos con el objetivo de mostrar la majestuosidad de la naturaleza en ese paraje.

Viñales cobija a numerosas grutas, rocas y fósiles del período jurásico, considerados tesoros.

Encuentros con productores y paseos por vegas agroecológicas son otras de las ofertas del occidental escenario.

(PL)