Mansión Xanadú, habla del mar renovándose en el tiempo

Editado por Nuria Barbosa León
2017-08-28 18:52:48

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Por: Guadalupe Yaujar Díaz

Erigida sobre una roca frente al mar desde 1930 la mansión Xanadú, conocida como la otrora casa de Dupont, en el balneario de Varadero, en la provincia de Matanzas, desafía el tiempo y se renueva cada día sin olvidar su pasado.

En las rocas de San Bernardino, el punto natural más alto de Varadero, el multimillonario Irenee Dupont Nemours, de origen franco-estadounidense, mandó a construir la majestuosa casa, primera edificación de cantería de ese balneario, con tres pisos, siete habitaciones, tres terrazas, siete balcones, un muelle, un campo de golf de 9 hoyos y una cava.

“Xanadú”, nombre que escogió para rememorar el Palacio del emperador Kublai Khan, conquistador de China y cuyo origen parte de un poema del escritor inglés Samuel Taylor, estuvo habitada por Dupont de 1930 a 1957. Sin embargo, breves fueron sus visitas en las cuales no faltaron huéspedes ilustres del universo cultural, el cine o la política.

El proyecto, desarrollado en 1930 por los reconocidos arquitectos cubanos Félix Cabarroca y Evelio Govantes, se construyó en simbiosis de estilos arquitectónicos como asiático, americano y colonial; maderas preciosas y mármoles de Italia (de carrara) y cubanos, con un costo de más de un millón 300 mil dólares de aquella época.

Concebida para pasar sus temporadas de descanso y el goce de escogidos amigos, Dupont, químico, famoso por ser el descubridor de fibras plásticas como el nylon y uno de los tres hombres más ricos de su tiempo había decidido en 1927 buscar un sitio tranquilo y selecto, tras adquirir cerca de ocho kilómetros de playa virgen en la Península de Hicacos.

La mansión, cuyo glamour da relevante belleza al sitio, fue concebida en su interior y la fachada del inmueble, evocando al mundo marinero, de ahí los peces, caballos de mar, veleros o timones que adornan las lámparas o muebles y el piso de la terraza iluminado con teselas.

Interesante deviene que, vista desde la costa, la construcción simula un barco y lleva en sus dos extremos los faroles rojo y verde que señalan, en el lenguaje de las naves, babor y estribor.

Sin embargo, quizás, lo más relevante es su situación en una esquina, mirando a dos lados y frente al mar. Otra curiosidad resulta cómo el balcón que da al mar no se comunica con el balcón del otro lado, ¿quería guardar su intimidad respecto al balcón compartido con la habitación de la esposa?

La casa, Monumento Nacional desde 2013, cuyo morador mandó construir en un coto privado, resplandece desde sus orígenes. Sus muros atesoran impresionantes vistas de las transparentes aguas de Varadero.

Devenido hotel y sometido a restauraciones constantes para preservarlo, el inmueble, de casi 90 años, se renueva también con los verdes campos de golf de 18 hoyos y el Varadero Golf Club (Dueño de 18 hoyos de 72 par, que comprenden unos 6 269 metros lineales desde el primero hasta el último hoyo y 61 hectáreas de superficie total) como parte de la expansión de la industria del ocio en la Isla. (*)

Para todos los que crecimos en Varadero, viéndola como símbolo de belleza arquitectónica, los nuevos desempeños agregados al fascinante inmueble en los últimos años nos alertan de lo señalado en un artículo publicado: “todos los caminos conducen, por ahora, a los alrededores de Xanadú”.


 

(*)

http://www.granma.cu/cuba/2016-05-30/xanadu-la-mansion-cubana-del-golf-30-05-2016-16-05-31


 



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