La Cruz de Parra, símbolo identitario y tesoro de la nación cubana

Editado por Lorena Viñas Rodríguez
2018-04-24 11:49:56

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Cruz de Parra, es la única de las 29 similares colocadas por Cristóbal Colón en tierras de América.Foto:Natural Cuba Travel.

Por: Guadalupe Yaujar Díaz

La Habana, 24 abr (RHC)  “La Cruz de Parra”, es la única de las 29 similares colocadas por Cristóbal Colón en tierras de América, conservada hasta la actualidad, custodiada y expuesta, en la iglesia parroquial de Baracoa en la oriental provincia cubana de Guantánamo.

Plantada por Colón durante su primer viaje (el primero de diciembre de 1942)  en estas costas de Cuba está considerada la más antigua reliquia histórico-religiosa del llamado encuentro de las culturas europeas y americana.

“Asentó una cruz grande a la entrada de aquel puerto que llamó Porto Santo, sobre unas peñas vivas”, escribiría Fray Bartolomé de las Casas de aquel día, el cuarto después de su arribo a tierras baracoesas.

Es posible que con ella Fray Bartolomé realizó oficios, aunque no se ha encontrado la documentación justificadora, que la primera misa dada en Cuba la hiciera el protector de los indios con ella.

Veinte años después de haber sido plantada, el capitán Diego Velázquez, quien acompañó a Colón en su segundo viaje, redescubrió, en perfecto estado, la cruz y en ese lugar fundó la primera villa de Cuba, bautizada como Nuestra Señora de la Ascensión de Baracoa en 1511.

La cruz fue posteriormente extraída y trasladada a su actual emplazamiento en la iglesia parroquial y para 1528 ya la sacaban en procesión.

Velázquez, capitán acompañante de Colón en su segundo viaje al Nuevo Mundo, encontrándose en La Española recibió del rey Fernando el título de Adelantado en la isla de Cuba, y la autorización para la búsqueda de oro, la fundación de villas y la evangelización de los indígenas.

A la primada villa española, apenas un caserío de cuarenta bohíos, dio Velázquez el título de ciudad, le otorgó su escudo de armas, la plaza, e instaló simbólicamente el primer obispado de la nación caribeña, con la orden de construcción inmediata de la primera catedral, levantada seis años después.

Originalmente medía unos siete pies de longitud (213.36 centímetros),  pero con el paso del tiempo fue mutilada porque diferentes personalidades de la vida colonial cubana, cada vez que visitaban la ciudad, solicitaban un pequeño pedazo de la misma.

Esto ocurrió hasta que en el siglo XVIII fue enchapada con planchas de plata, que cubren sus extremos, para evitar su posterior destrucción.

Actualmente mide 67 centímetros de altura por 57 de ancho.

La autenticidad de la histórica reliquia quedó aclarada mediante investigaciones realizadas por la doctora Raquel Carreras por encargo especial de la dirección de Patrimonio Nacional y su irrefutable antigüedad fue certificada por el Instituto Forestal de Bélgica.

Los estudios de datación radiocarbónica a que fue sometida confirmaron que la estructura celular de la madera corresponde a la especie, Coccoloba diversifolia, proveniente de las montañas circundantes y que fue construida allí mismo (Colón había llegado a la costa Este de la isla el 27 de noviembre) y no traída de España, posiblemente al igual que las otras 28 cruces, lo cual a la vez refuta el origen europeo de la cruz.

A lo largo de los años, la Cruz de la Parra ocupa meritorio lugar en diferentes momentos cruciales de la vida de la Primera Villa fundada en Cuba.

Aquí se asentó el Primer Obispado que existe en Cuba y la primera Iglesia Católica de la Isla; salió en dos grandes procesiones que tuvieron lugar cuando el territorio se vio afectado por el terremoto de 1528 y el huracán de 1529.

El Papa Juan Pablo II la bendijo durante su visita a Cuba en 1998.

La “Cruz de Parra” es un símbolo identitario de Baracoa, declarada Monumento Nacional y tesoro de la nación cubana.



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