Rita Longa y su legado imprescindible

Editado por Lorena Viñas Rodríguez
2019-03-05 08:12:20

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Foto: Archivo.

La Habana, 5 mar (RHC) Estoy convencida de que usted podrá decir, sin titubear, más de tres obras debidas al talento y exquisito gusto de Rita Longa Aróstegui (1912- 2000), una de las más conocidas escultoras cubanas de todos los tiempos, cuyo legado forma parte intrínseca de nuestra cultura.

La Longa legó a la cultura nacional, y también en otras latitudes, piezas de gran impacto y arraigo popular. Ahí están para afirmarlo su Aldea taína, en el centro turístico de Guamá, en la matancera Ciénaga de Zapata; Forma, espacio y luz, que nos da la bienvenida a la entrada del Edificio de Arte Cubano del Museo Nacional de Bellas Artes, en la Ciudad Maravilla; o el trío de ciervos unidos indisolublemente a la infancia de varias generaciones que acudieron y todavía asisten al Zoológico de 26.

Foto: Radio Rebelde.

Por cierto, la artista nombró a su obra Grupo familiar, sin embargo, el pueblo nunca le ha llamado así pues decidió rebautizarla como Los venaditos, y bajo esa nueva denominación, que se repite una y otra vez desde su emplazamiento en ese lugar en el ya lejano año de 1947.

Foto: Radio Rebelde.

De corte religioso están, entre otras, la famosa Virgen del Camino y Santa Rita de Casia; esta última, situada en una iglesia de la Quinta Avenida de Miramar, enfureció a no pocos mojigatos quienes vieron en ella una transgresión a las normas vigentes aduciendo una voluptuosidad en la figura mariana.

Foto: Radio Rebelde.
Foto: Radio Rebelde.

Sin embargo, existe una pieza, en puridad un hueco relieve sobre el tema de Jesucristo creado en el año 1953 por la artista, muy poco conocido y divulgado. Se halla ubicado en el cuarto piso del antiguo edificio del Diario de la Marina (DM), en Prado y Teniente Rey, frente por frente al Capitolio de La Habana, donde hoy radica la Casa Editora Abril de la Unión de Jóvenes Comunistas.

Foto: Radio Rebelde.

¿Su nombre? Cristo redentor. Con esta obra, así como con el gran mural del español Hipólito Hidalgo de Caviedes presente en las paredes del vestíbulo principal —donde hoy encontramos la Librería Abril— se saludó el centenario del DM.

La pieza, ubicada en la pared, a la salida del ascensor principal de la edificación sobresale por su sencillez, elegancia y pureza de líneas, elementos tenidos en cuenta sin duda alguna por la creadora para esa área de tránsito, integrándose de manera totalmente armoniosa con dicho espacio. (Fuente: Radio Rebelde)



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