La Parroquia Nuestra Señora del Rosario

Editado por Maria Calvo
2019-07-08 10:16:08

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La Habana, 8 jul (RHC) En Cuba existen muchos templos religiosos, principalmente cristianos católicos, debido a la influencia transmitida por los colonizadores españoles. La gran mayoría son edificaciones antiguas, pero majestuosas y muchas están muy bien conservadas.

Varias de las iglesias son verdaderos monumentos y joyas de nuestra historia, visitados y admirados por personas de cualquier creencia.

Hoy vamos hablar de la Parroquia Nuestra Señora del Rosario conocida por los pobladores de la localidad como la iglesia “El Derrumbe”, situada en el barrio de El Carmelo, zona urbana al oeste de El Vedado en La Habana.

El reparto El Carmelo se extiende desde la calle 23 hasta el mar y desde el río Almendares hasta la Avenida Paseo.

Cuando se impulsó, en el siglo XIX, el crecimiento de las barriadas de El Carmelo y El Vedado, la familia del Conde de Pozos Dulces donó el terreno comprendido entre las calles 16, 18, 13 y 15 para levantar una iglesia.

Su construcción se inició en agosto de 1872 y se habilitó para el culto en septiembre de 1883.

Se cuenta que la obra la iniciaron los mismos operarios canteros que hicieron la fachada del Cementerio de Colón.

La edificación no se concluyó, quizás por problemas financieros de la familia del Conde de Pozos Dulces.

Su fachada de piedra asciende escalonadamente hacia la torre central, sin el remate que se le proyectó. La ubicación de los apoyos de la torre directamente sobre la puerta principal, implicó un vestíbulo de dimensiones reducidas.

Algunos de sus muros y bóvedas, sufrieron daños, provocados por una descarga eléctrica.

En 1918 el padre Reginaldo, de la orden de los Dominicos, decidió terminar la obra, por lo que durante años pidió limosnas de puerta en puerta en toda la barriada.

Una vez reabierta al culto la capilla, el padre Reginaldo decidió ampliarla, para lo que aprendió el oficio de cantero y él mismo, con sólo un auxiliar, emprendió la ampliación.

Durante toda su vida labró, hizo cimientos y fundió hormigón, pero por falta de presupuesto, apoyo y por último la enfermedad y muerte del querido sacerdote, acaecida en el año 1952, nunca pudo concluirse, quedando esta iglesia como monumento al tesón y la voluntad del padre Reginaldo.

Este ansiado proyecto para toda una barriada se transformó en una triste experiencia que con dolor veía día a día como su iglesia se convertía en una ruina.

El parque que se encuentra frente a la iglesia que también se le debe al Padre Reginaldo, actualmente lleva su nombre.

En estos momentos  una parte del templo se encuentra totalmente remozada con un diseño interior sencillo y muy armónico que induce  al que llega a ella a que se sienta cautivado y enamorado de esta monumental arquitectura neogótica que inspira a la contemplación y la oración. (Internet)

 



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