La habanera, en los genes de la música cubana

Editado por Maite González Martínez
2019-10-16 10:37:44

Pinterest
Telegram
Linkedin
WhatsApp

Por: Guadalupe Yaujar Díaz

La habanera es un género musical surgido en Cuba a finales del siglo XVIII, en los momentos en que nacía nuestra nacionalidad, género que trasciende como expresión típica de lo criollo.

La primera habanera de la cual se tiene noticias "El amor en el baile", de autor anónimo, se entrenó en 1841. Divulgada por el periódico literario habanero La Prensa, el 13 de noviembre de 1842 la reseña refiere: “El amor en el baile, nueva canción habanera puesta en música con acompañamiento de piano”: Yo soy una niña muy bonita, / y el pesar no conocí; / yo soy niña, soy bonita, / y el pesar no conocí /.

La singular forma de cantar textos sencillos y la popularidad influyeron en la expansión del género, que se trasladó a América, España y el resto de Europa.

A su ritmo lento -60 pulsaciones por minuto- se suma la estructura simple y compas de 2/4, y emplea textos a base de versos octosílabos generalmente, en función de mantener su diseño formal.

El musicólogo argentino Carlos Vega encontró en el Cancionero musical de los siglos XV y XVI, un ejemplo que tenía el ritmo básico de la habanera. Hay influencia de este género en la milonga y el tango y alimentó a su vez los ritmos iniciales de casi toda América.

El reconocimiento de que eran canciones llegadas de La Habana, produjo en España el cambio de estos nombres diversos por el gentilicio habanera. En tanto, muchos extranjeros buscaron en ese país novedades para sus composiciones, y utilizaron, precisamente, los ritmos y melodías de habaneras conocidas, tomadas de la música española: La ópera francesa Carmen (1875), de Bizet, pone en boca de la cigarrera Carmen una habanera que recorrió el mundo, como aria de ópera. La ópera francesa La habanera (1908), de Raúl Laparra, lleva hasta en el título el nombre del género. Otros renombrados músicos franceses, como Saëns, Chabrier, Lalo Auber, Fauré, Debussy y Ravel, junto a los españoles Sarasate, Albéniz y Falla, asumieron también la moderna habanera.

Después de 1860, el músico español Sebastián Iradier compuso “La paloma” quizás la más conocida en el ámbito internacional, una habanera probablemente inspirada en su etapa de estancia en La Habana, cuando impartió clases.

A la influencia de autores españoles de zarzuelas también la recibieron artistas cubanos que crearon obras de temas, personajes y música nacionales. De ahí que aparecieran habaneras de Raimundo Valenzuela (La mulata Rosa); Ignacio Cervantes (El submarino); Manuel Pérez de la Presa (Los Saltimbanquis); José Marín Varona (El hijo del Camagüey); y en el Siglo XX Ernesto Lecuona (La Plaza de la Catedral) las cuales adquirieron altos vuelos en el contexto de la canción lírica cubana de fines del Siglo XIX e inicios del XX.

Ejemplo cumbre devino Tú (1892) de Eduardo Sánchez de Fuentes, compositor cubano quien se destacó como el creador lírico más inspirado de ese género musical. Mírame así, de este autor constituye un exponente genuino estilo de danza vocal de expresivos ambiente cubano.

Otros compositores de la isla incorporaron las habaneras a sus zarzuelas, lo que  también sucedió en Cuba con obras de músicos tan notables como Jorge Anckermann, Gonzalo Roig y Ernesto Lecuona.

Son reconocidas a nivel nacional e internacional Veinte años, de María Teresa Vera, Mariposita de primavera, de Miguel Matamoros y La rosa roja, de Oscar Hernández.

Si bien durante las primeras décadas del pasado siglo el género perdió vigencia en Cuba, como expresión contemporánea, no han faltado compositores y eventos que lo cultivan y propician su supervivencia en las células de muchas músicas de hoy en nuestro país y en España.

Liuba María Hevia es una de las artistas del patio que rindió tributo al género, en 1995 con una monografía sobre el género, Habaneras en el tiempo. En 2004 vuelve a grabar el propio disco titulándolo Ángel y habanera. Esta ocasión incluyó una canción escrita por ella que lleva el mismo nombre del disco y una de Silvio Rodríguez, “En el claro de la luna”.

Los días 25 y 26 de este mes sesionara en La Habana la 7ma edición del Concurso de composición “Habaneras Andreu Navarro in Memorian”, auspiciada y financiada por la Sociedad Benéfica de Naturales de Cataluña, radicada en nuestro país.

La institución que también acoge en su sede de la Habana Vieja el coro “Voces de Ultramar” que cultiva la habanera, pretende mantener vivo el género y sumar nuevos intérpretes.



Comentários


Deixe um comentário
Todos os campos são requeridos
Não será publicado
captcha challenge
up