Por Roberto F. Campos *

La Habana, 19 may (RHC) Viajeros que repiten visitas a Cuba, sobre todo europeos, insisten en las redes sociales sobre el deseo de conocer nuevos escenarios como la Laguna La Redonda cuando acabe el periodo de confinamiento por la Covid-19.

Se trata de un sitio atractivo para pescar, pasear y admirar el paisaje cubano desde los ángulos del turismo de naturaleza, aventuras y náutica.

En Cuba existen lugares poco conocidos por los viajeros provenientes de muchas partes del mundo. Incluso, turistas españoles que mejor conocen el paisaje insular se sorprenden con nuevos entornos como el de la Laguna La Redonda, según pudo constatar en su momento Prensa Latina.

Ese espacio mejora ahora su infraestructura para la atención a viajeros que exigen novedades, descubrir paisajes interiores e interactuar con la naturaleza, más allá de sitios muy significativos como La Habana, la capital.

Un paseo en lancha por la madeja de canales que bordean a La Redonda constituye algo verdaderamente maravilloso.

El color verde del lugar, las aguas tranquilas, botes con motor fuera de borda y la guía insustituible de quienes nacieron y se criaron en derredor, constituyen un complemento perfecto para esos paseos.

Un sitio diferente

La Laguna La Redonda está ubicada a ocho kilómetros al norte de la ciudad de Morón, por la carretera que conduce a la Isla de Turiguanó, en la central provincia de Ciego de Ávila.

De por sí, esa provincia es famosa por constituir el enlace con Jardines del Rey, donde se encuentran los cayos Coco, Guillermo y Romano, sumamente visitados por quienes buscan tranquilidad.

Sin embargo, La Redonda es una laguna de aproximadamente cinco kilómetros cuadrados de superficie con una amplia presencia de truchas, la mayor población de estos peces de agua dulce en Cuba, y por tanto un lugar ideal para el turismo de pesquería.

Precisamente en la laguna se encuentra un Centro Internacional de Pesca, que permite a los amantes de este deporte pasar vacaciones de una manera inmejorable.

Pero también desde su embarcadero central, se puede participar en una excursión en lancha rápida por su espejo de agua, y el tejido de follaje y canales que existen en su entorno.

En agosto de 2012 el sitio fue seleccionado por el grupo de trabajo del Proyecto de Sostenibilidad que se desarrolla en el archipiélago Sabana-Camagüey, como producto guía del fortalecimiento del turismo de naturaleza sostenible en esa región.

Ese grupo de trabajo está auspiciado por el Fondo Mundial del Medio Ambiente y Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo.

La Redonda cuenta con una vegetación de manglares y diversos canales que la alimentan (por allí también se encuentra la Laguna de la Leche, a escasos kilómetros), y lo que les separa del mar es una estrecha franja de tierra.

Es lugar favorito para los pescadores de lobina boca -incluso algunos deportistas lograron atrapar una pieza de siete kilos-, sitio donde además ya los visitantes pescaron más de mil 500 robalos de boca grande, pero donde se preserva el equilibrio de las especies.

Una rica fauna habita en el lugar, como lisas blancas, manatíes, jicoteas, cocodrilos, anguilas, cuberas y biajacas criollas, entre otras especies.

La Laguna clasifica como albufera, o que se comunica con el mar con un volumen de cerca de 100 millones de metros cúbicos.

Pero el lugar tiene otros encantos, la poesía del paisaje conforma una especie de ensueño, donde cada canal tiene su peculiaridad para el visitante y atrae el entretejido de un follaje muy típico.

Los guías, por su parte, pueden ilustrar sobre anécdotas de la región, de las piezas mayores capturadas por muchos viajeros, amantes de esos deportes, o propiciar un atardecer o un amanecer en esos espejos de agua, con siluetas determinadas por luces y sombras.

La Laguna La Redonda constituye un paisaje mágico, una posible nueva ruta para adentrarse en el conocimiento de la naturaleza cubana, que siempre reserva un escenario distinto para los más exigentes.

*Periodista de la Redacción de Economía de Prensa Latina.