Otro “rayo de luz” desde las montañas cubanas

Editado por Bárbara Gómez
2016-02-19 19:08:39

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Donde las montañas huelen a café y la tranquilidad recorre los campos; donde la distancia desafía los pasos y no hace falta mucho para ser feliz, se hace la luz tras el atardecer, y ya no solo emana de la luna y las humeantes “chismosas” que le hacían compañía a la noche: ahora nace desde los hogares.

A siete kilómetros del centro urbano de San Cristóbal se avizora una entrada que invita a Rancho Boniatal. Entonces se hace preciso subir caminando otros tres kilómetros, por empinados caminos y sobreponiéndose a las irregularidades del terreno.

Allá, donde el cansancio casi vence a quienes por primera vez descubren estos parajes encontramos a personas sencillas, que ahora disfrutan de los beneficios de la corriente eléctrica, gracias al programa de electrificación del Plan Tur­quino.

ENTRE RADIANTES SUEÑOS

Los jóvenes Yadira Pérez y Yuniel Armenteros decidieron compartir juntos sus días, y hace seis meses lo hacen desde la montaña. Ella vivió aquí hasta los 13 años, y decidió regresar junto a su prometido, quien se dedica a trabajar en el café.

“Es de lo mejor que ha pasado en las lomas, afirman, mientras cuentan cómo contribuyeron con los linieros a hacer realidad un sueño común para los habitantes de este lomerío, el cual se concretó el 28 de diciembre del pasado año, tras 18 in­tensas jornadas.

Muy cerca de allí Medaldo Izquierdo, de 52 años de edad, disfruta por primera vez de la corriente eléctrica y agradece poder hacerlo, al igual que su esposa María Elena Valladares. Antes vivía en El Brujo, uno de los lugares que también electrificaron recientemente, y desde el 90 vino para acá. Siempre he vivido, como quien dice, en la oscuridad. Esto nos dio una gran alegría porque mejoramos nuestra calidad de vida”.

Al bajar de Rancho Boniatal encontramos a Pedro Pablo Méndez y Marilín, una de sus hijas, en un asentamiento conocido como Caja de agua. Fueron bendecidos el 26 de julio del 2014 con la corriente eléctrica. “Es una maravilla. Poco a poco, nos hemos ido comprando algunos equipos electrodomésticos. Desde entonces tenemos más comodidad”, aseveran.

Freddy Cabrera, director general de la UEB San Cristóbal, des­­taca la importancia que ha tenido la colaboración de los po­bladores desde que iniciaron la electrificación, así como la labor desarrollada por las dos brigadas del municipio, las que también ayudaron algunas veces en el territorio de Bahía Honda.

William Gómez, jefe de una de las brigadas, y su equipo, coinciden en que Los Tumbos ha sido el asentamiento más difícil. “Todo el trabajo fue a mano, y debíamos caminar ocho kilómetros por trillos”. Parte de los recursos hubo que trasladarlos en mulo y bueyes, comentan los linieros Yudeibys Rivera y Yunior Águila.

“Los campesinos ayudaban en todo, si no hubiera sido por ellos no habríamos podido hacer nada, lo mismo abrían los huecos para arbolar los postes, las trochas, que cooperaban para el acceso de los medios a los lugares”, asegura Liubel Mariño; mientras Lester Mora señala que “debíamos pasar por un río con los materiales, y el agua nos daba por las rodillas. En el caso de los transformadores tuvimos que llevarlos sobre palos”.

Recuerdan que un fin de semana dejaron 80 postes a la orilla de la carretera, para llevarlos posteriormente al asentamiento, y cuando llegaron el lunes, ya los habían subido todos con 25 yuntas de buey, e incluso, habían abierto los huecos.

PRIMEROS DESTELLOS

Desde el 2014 las montañas de Artemisa comenzaron a electrificarse: siete asentamientos —los de mayor número de habitantes— y 363 viviendas, pertenecientes a Bahía Honda y San Cristóbal, fueron beneficiadas. En ese momento se contó con el apoyo de la Empresa Eléctrica de Cienfuegos y Pinar del Río.

El pasado año brigadas de la provincia trabajaron en cinco asentamientos y 97 viviendas. De esa forma se concluía con los lugares que cumplen las condiciones para ser electrificados por el Sistema Eléctrico Nacional. Actualmente quedan pendientes 185 viviendas aisladas en los municipios de Candelaria, San Cristóbal y Bahía Honda, tarea que acometerá la Unión Eléc­tri­ca mediante fuentes renovables de energía.

En estos dos años se ejecutó un real de 821 900 pesos en mo­neda total, refiere Yoanky Vargas, especialista en inversiones de la empresa. La provincia ha avanzado además en la electrificación mediante la energía renovable, con proyectos de cooperación, agrega.

OTRAS TAREAS

Según Martín de la Concepción Cordero, director general de la Empresa Eléctrica Provincial, “en aras de continuar trabajando por mejorar la calidad del servicio se emprenderán diferentes acciones este año”.

La Empresa Eléctrica es de los organismos que más plan­teamientos de la población reciben. En este XVI mandato de la Asamblea del Poder Popular le han hecho 1 665; y en total has­ta el momento hay resueltos 303 e incluidos 954 en el plan de la economía de este año.

En ese sentido, también se encamina el quehacer. “Se­gui­remos laborando en la rehabilitación de nuestras redes y la conversión de voltaje, lo cual contribuirá además a la disminución de las pérdidas eléctricas.

“La estrategia sigue siendo restablecer el conductor neutro en todas nuestras líneas de distribución primaria para disminuir los transformadores dañados; esto será fundamentalmente en circuitos del campo.

“También se trabajará en los servicios (mantenimiento a acometidas eléctricas y en metrocontadores) a fin de disminuir daños a la propiedad. Y se continuará el cambio de metro­contadores de energía eléctrica por medición infrarroja (más de 33 000) en Guanajay, San Antonio de los Baños y Alquízar”, ase­vera. El pasado año concluyeron Güira de Melena y Bauta con 31 000.

Un proyecto de gran envergadura que tiene lugar en la provincia es la Zona Especial de Desarrollo Mariel, y aquí también intervienen estos trabajadores.

“Seguiremos en la construcción de una subestación de 80 megavoltios amperes, dos lí­neas de 110 000 voltios y cinco kilómetros, cada una alimenta esta subestación, así como en la garantía de electricidad a los clientes nuevos que se incorporen a la zona y las obras inducidas por este colosal proyecto, como es el caso de los desvíos de lí­nea producto de la construcción de puentes elevados”, añade.

Arduas jornadas les esperan a estos hombres, que lo mismo en la montaña, en condiciones adversas, o en el llano, han de dar lo mejor de sí, para que siempre se haga la luz.

Escrito por: Yusmary Romero (Granma).



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