por Roberto Morejón

Con un alza en la cifra de visitantes extranjeros y el inminente establecimiento de vuelos comerciales desde Estados Unidos, los aeropuertos cubanos necesitan espacio y dinamismo agregados, de ahí el acuerdo con entidades francesas para trabajar en el de La Habana.

Si bien con esfuerzo local se ampliaron terminales aéreas en los últimos años, el florecimiento de la llamada industria sin chimeneas y la ampliación de las capacidades hoteleras, debe acompañarse de otras obras en los puntos de entrada y salida en varias ciudades.

Nada mejor entonces que unir la inversión extranjera y las ofertas de entidades de Francia para acometer importantes acciones a fin de ampliar, modernizar y gestionar el aeropuerto José Martí.

Se trata de un proyecto mediante la modalidad de concesión atribuido por Cuba, después de licitación, a las entidades francesas Bouygues Construcciones y Aeropuertos de París, de renombre internacional.

Bouygues es la más prominente compañía dedicada a la ingeniería en Francia y se sitúa en el número dos del ránking de mayores empresas privadas del país.

Bouygues ha participado en planes de construcción de alto nivel, incluido el Eurotúnel, el Metro de San Francisco y el aeródromo internacional de Hong Kong.

Aeropuertos de París es la autoridad portuaria que construye, acondiciona y explota varias plataformas como las dos principales de París y de Francia, Paris-Orly y París-Charles de Gaulle.

La hoja de servicios de ambas entidades es impresionante y a ello se une el magnífico estado de las relaciones entre Cuba y Francia.

Las visitas del presidente francés, Francois Hollande, a La Habana en mayo de 2015 y del cubano Raúl Castro a París en febrero último, facilitaron la exploración y hallazgo de ideas de trabajo de mutuo interés.

Representantes de los dos países suscribieron recientemente un acuerdo para la apertura este año en La Habana de una oficina de la Agencia de Desarrollo de Francia que ayudará a financiar proyectos de desarrollo en Cuba.

Francia jugó un papel determinante en las negociaciones que concluyeron con la firma en diciembre pasado de la regularización de la deuda de Cuba con sus acreedores en el Club de París.

Más adelante se pretende que Francia participe en el financiamiento e inversiones de emprendimientos en energía renovable, turismo sostenible, desarrollo urbano, agroalimentación y transporte.

En esa última arista destaca la conformidad para mejorar los servicios del principal aeropuerto cubano, por donde entra la mitad de los visitantes extranjeros anualmente.

Cuba pone de relieve que en el proceso de actualización del modelo económico, la inversión extranjera es un elemento clave y se dirige a captar fondos externos en correspondencia con los planes de desarrollo.