Por: Roberto Morejón
El sistema educacional cubano impulsa la Educación Técnica Profesional en correspondencia con las demandas de la vida doméstica y por esa razón cobra relieve la matrícula para el curso escolar 2016-2017, iniciado recientemente.
Esta modalidad de la instrucción pública y gratuita adiestra en los perfiles de oficios, técnicos u obreros calificados, esenciales para el fortalecimiento de servicios básicos y el desarrollo de la economía.
En una sociedad como la cubana donde es vital formar en los ciudadanos la conciencia de productores y no de simples consumidores, el ministerio de Educación ofertó este año más plazas para la entrada a escuelas con especialidades técnicas.
El 56 por ciento de todas las capacidades de continuidad de estudios ofrecidas a los casi 121 mil graduados de noveno grado correspondió a la Enseñanza Técnica Profesional.
La oferta fue consensuada con el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social con vistas a canalizar la futura ubicación de los egresados y tiene relación directa con las solicitudes de empresas, talleres y unidades de servicio.
Atrás queda la tendencia de que una buena parte de la matrícula se destinaba a especialidades cuyos titulados debían reorientarse luego hacia otras áreas, al carecer de plazas acordes a su profesión.
A favor de la economía también se manifiesta el hecho de que cada año los graduados de las especialidades técnicas de nivel medio exhiben una creciente experiencia a partir de la vinculación de sus escuelas con las unidades de producción y servicios.
Para utilidad de todo el país también cuenta el aumento significativo de graduados en las ramas de informática y contabilidad.
Ahora bien, aunque pasan de 100 las especialidades técnicas de nivel medio presentadas a la consideración de los pupilos, todavía algunos padres e hijos NO han adquirido conciencia sobre la relevancia de esa modalidad de instrucción.
Como casi todos prefieren que sus descendientes matriculen en el preuniversitario y luego en las academias de altos estudios, a veces los progenitores lamentan cuando el adolescente ingresa a los tecnológicos y escuelas de oficio.
En consecuencia, el Ministerio de Educación concede prioridad al trabajo de formación vocacional y orientación profesional en los diferentes niveles de instrucción.
Una economía próspera y sostenible, como la que se construye en Cuba, también depende del equilibrio de la fuerza de trabajo y las ocupaciones productivas recobran protagonismo vital porque generan servicios y bienes materiales.
Es válido entonces que en los últimos años la Educación Técnica Profesional cubana se transformara para prestigiarse nuevamente.