por Dr. Néstor García Iturbe
De acuerdo con los cables de distintas agencias noticiosas, algunas personas, en la ciudad de Miami, han estado celebrando la desaparición física de nuestro Comandante en Jefe, Fidel Castro.
Considero que a la mayoría de los revolucionarios cubanos este tipo de actitud no nos sorprende. Está dentro de la lógica de aquellos cuyo odio visceral contra la Revolución cubana se enfoca sobre la figura de nuestro máximo líder, como si su desaparición física significara el fin de nuestro proceso revolucionario.
Nuevamente se equivocan. Porque se equivocaron cuando no vieron que la Revolución se realizaba para beneficio de todo el pueblo. Se equivocaron cuando consideraron que la Revolución sucumbiría por la invasión de Girón. Se equivocaron cuando consideraron que el bloqueo económico nos haría pedir perdón a Estados Unidos, y ahora, como ya dije, se equivocan nuevamente, porque la desaparición física de Fidel no implica la desaparición de sus ideas ni de los objetivos de nuestra Revolución, que ahora constituyen un juramento de todo el pueblo, ante la ausencia del líder.
Los que celebraban en Miami no hacían más que repetir la actitud indecorosa y traicionera de los voluntarios que celebraron el fusilamiento de los ocho estudiantes de Medicina, de los guerrilleros al servicio de España que celebraron la muerte de Martí y después, la de Maceo. Fatalmente, en nuestra historia han existido traidores vendidos al mejor postor.
José Martí los calificó de sietemesinos y sobre ellos escribió:
«A los sietemesinos solo les falta el valor. Los que no tienen fe en su tierra son hombres de siete meses. Porque les falta el valor a ellos, se lo niegan a los demás… Hay que cargar los barcos de esos insectos dañinos que le roen el hueso a la patria que los nutre… Pues ¿quién es el hombre? ¿el que se queda con la madre a curarle la enfermedad o el que la pone a trabajar donde no la vean y vive de su sustento en las tierras podridas, con el gusano de corbata, maldiciendo el seno que lo cargó, paseando el letrero de traidor en la espalda de la casaca de papel? ¡Estos hijos de nuestra América, que ha de salvarse con sus indios, y va de menos a más; estos desertores que piden fusil en los ejércitos de la América del Norte, que ahoga en sangre a los indios, y va de más a menos!» (Revista Ilustrada de Nueva York, 10 de enero de 1891).
Repito que no nos sorprende esta reunión de sietemesinos en Miami. Lo que sabemos, con entera seguridad, es que los mismos no representan la mayoría de los cubanos que residen en dicha ciudad, que han repetido en muchas oportunidades su interés en que mejoren las relaciones entre ambos países, y dentro de los cuales existe respeto y agradecimiento al Comandante en Jefe por haber sido beneficiados gracias a la Revolución, que les permitió alcanzar el nivel educacional que ahora disfrutan.
Los que realmente resultan de importancia son los que siguen respetando y mantienen vínculos con nuestra patria, en cualquier ciudad que vivan, no los que se han entregado al enemigo.
(CubaSí)