por María Josefina Arce
Un nuevo período de mandato inició este martes el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, reelegido con más del 70% de los votos en los comicios de noviembre pasado, que contó con una amplia participación de la ciudadanía.
Acompañado en esta ocasión por su esposa Rosario Murillo, como vicepresidenta, tendrá Ortega la oportunidad de continuar las profundas transformaciones iniciadas en el país centroamericano cuando retornó a la presidencia en 2007.
Muchos son los cambios que se han registrado en Nicaragua, una nación que en medio de una crisis mundial mantiene un sostenido crecimiento de su economía. El pasado año la economía creció cerca de un 5%, las más alta de Centroamérica, mientras que se espera que en el 2017 lo haga entre 4,5 y 5%.
Incluso organismos financieros como el Fondo Monetario Internacional han tenido que reconocer el gran trabajo desplegado por el gubernamental Frente Sandinista de Liberación Nacional para lograr y mantener la estabilidad económica.
Para los analistas uno de los grandes aspectos a destacar es el acercamiento y diálogo que se ha mantenido entre el sector público y privado, lo que ha permitido una mayor generación de empleos y de la inversión extranjera.
Es así que por ejemplo, si en el 2006 Nicaragua apenas cerró con 280 millones de dólares en inversiones,ya en el 2015 alcanzó casi 1 500 millones, mientras el número de países inversionistas se duplicó de 20 en el 2006 a 40 en el 2014.
Además el país mantiene una inflación baja y estable, finanzas públicas sanas y un sistema financiero robusto, mientras las reservas internacionales siguen fortaleciéndose.
Otro de los importantes logros del Frente en sus nueve años consecutivos de gobierno es que la pobreza en Nicaragua pasó del 42.5% a un 29.6%, gracias a los programas sociales implementados que benefician a los sectores más humildes.
Hay que destacar el impacto que han tenido en esta reducción de la pobreza, sobre todo en las zonas rurales, iniciativas del gobierno como Plan Techo, Usura Cero y el Programa del Bono Productivo.
Los avances que tienen lugar en la nación centroamericana también se extienden a otras áreas. En la cobertura eléctrica por ejemplo, se pasó de 54 por ciento del territorio en 2006 a más de 85 por ciento en la actualidad.
La salud y la educación son otros sectores que han centrado la atención del gobierno que preside Daniel Ortega. Hoy Nicaragua cuenta con una amplia cobertura de vacunación, lo que sumado al acceso de todos los nicaragüenses a la atención médica ha redundado en favorables índices sanitarios, como la reducción de la mortalidad infantil y materna, entre otros, por lo cual ha sido premiada y reconocida a nivel internacional.
En cuanto a la educación, Nicaragua ostenta desde 2009 la condición de Territorio Libre de Analfabetismo que entrega la UNESCO, Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura.
En este nuevo mandato Ortega continuará consolidando los logros económicos y sociales de un país que en estos nueve años exhibe notables avances y que transita con paso decidido hacia su modernización y el bienestar de todos sus ciudadanos.
