Por Nicanor León Cotayo

El periodista y economista de origen venezolano, Benjamin F. De Yurre, formuló ideas a tomar en cuenta respecto a eventuales cambios que introduciría en Estados Unidos el presidente electo, Donald Trump.

De sus vaticinios, bajo el titulo  “Posibles cambios de Trump”, se hizo eco en Miami el Nuevo Herald.  

Según De Yurre, en Estados Unidos iniciaremos el año 2017 con “un nuevo gobierno y un nuevo partido en el poder”.

Algunos discrepan hasta cierto punto, ya que, como se ha denunciado a lo largo de años, tanto el Partido Demócrata, como el Republicano, no representan opciones verdaderamente distintas.

El mismo economista de origen venezolano, y ahora colaborador del ultraderechista Nuevo Herald, adelanta lo que, a su juicio, podrían ser cambios llamados a hacerse realidad.

Como por ejemplo, en el titulado Obamacare.

Primero recuerda que, bajo su inmensa sombrilla y a través de seguros médicos, unos 20 millones de personas reciben cuidados de salud.

Si no existiera este programa, ¿estarían estas personas aseguradas? Indagó el economista.

Probablemente no, se auto contestó el autor, ya que el precio anual de sus pólizas “alcanzó un nivel vedado para la mayoría“.

Algunos subrayaron que, como ha advertido Trump, su prioridad recaerá en el desmantelamiento del Obamacare.
Sin embargo, estiman analistas, no se ha aclarado cómo será reemplazado o si dejarán desprotegidos a 20 millones de personas.

¿Cuáles serían las consecuencias de eliminar Obamacare?

Por ejemplo, la Oficina Presupuestaria del Capitolio  sugiere disminuir el déficit fiscal rechazando fondos para ese plan.
Nadie ha definido todavía la posible repercusión de tal medida, aunque sí prendieron las alarmas sobre la explosiva  congestión de pacientes en sus salas de emergencia.

La crisis se ahondaría aún más si por fin establecen un límite al gasto federal por Medicaid (para asistir a gente muy pobre y minusválida).

A lo dicho hay que añadir otra delicada cuestión: el futuro de la titulada Ley de Ajuste Cubano.

Hija de la ultraderecha de ese origen cobijada hace más de 50 años en Miami y otros lugares de Estados Unidos, ahora es víctima de comentarios adversos a ella.

Uno de ellos reza que entre los proyectos de la administración Trump no se descarta echar abajo, o modificar esa Ley.
¿Moraleja? Va asomando la realidad de que no siempre marchan al unísono arrebatos electorales e intrincadas realidades.

Esto, en los días siguientes al próximo 20 de enero, saldría aún más a flote, sin exceptuar el espinoso tema de las relaciones cubano estadounidenses.

(Tomado de Cubasí)