por Roberto Morejón
El ensayo con las Cooperativas no agropecuarias prosigue en Cuba en el contexto de la actualización del modelo económico, y a tal efecto se prevé la creación de otras 90 con la finalidad de transformar, entre otras esferas, a la gastronomía.
Surgidas en 2012 como parte del fomento de gestiones no estatales sin renunciar a la propiedad colectiva como eje central de la economía, las Cooperativas no agropecuarias están aún en un proceso de aprendizaje y despegue no exento de dificultades.
Esos colectivos surgieron en Cuba vinculados a los servicios gastronómicos, personales y técnicos, pero crece su presencia en las ramas de la construcción y la industria.
El Estado concede a los trabajadores la facilidad de crear esas asociaciones, aunque conserva la propiedad de los inmuebles.
De las 498 cooperativas autorizadas por el Consejo de Ministros, un total de 399 fueron establecidas, dos de ellas se extinguieron, y las 397 restantes mantienen una intensa actividad, en fase de experimentación.
Entre las insuficiencias surgidas en su desempeño sobresale la ausencia de un mercado mayorista extendido a causa de las limitaciones económicas de Cuba, cuyo origen cardinal es el bloqueo de Estados Unidos.
Los directivos de las cooperativas lamentan las dificultades en la formulación y ejecución de los contratos suscritos con empresas estatales proveedoras.
Por su parte, el Ministerio cubano de Comercio Interior, encargado de supervisar el proceso de ensayo de las cooperativas No agropecuarias, insistió en la necesidad de que esos núcleos laborales establecidos por trabajadores autónomos tengan mayor conocimiento de los reglamentos.
Si bien se trata de una gestión no estatal, los directivos gubernamentales recordaron a los integrantes de las cooperativas que responden al objetivo social de mejorar los servicios a la población.
En ese sentido, los exhortaron a vincularse más a los gobiernos municipales a fin de apoyar en lo posible los programas dirigidos al aumento del bienestar de los residentes.
Ese respaldo puede lograrse sin abandonar su misión esencial y cubrir las expectativas abiertas ante una mayor demanda por el aumento de los servicios ofertados.
A tres años de fundadas, el gobierno cubano analiza los aciertos y dificultades de ese tipo de labor no estatal para tener más elementos a la hora de extender la experiencia.
Cuando se formaliza una cooperativa el Estado queda exonerado de determinadas actividades y así puede concentrarse en las líneas primordiales de desarrollo del país.
Si bien los cubanos pueden formalizarse como trabajadores por cuenta propia y la cifra llega a 535 000, el país alienta la integración de cooperativas como una representación laboral más socializada.
