Avanza Colombia hacia la Paz

Editado por Maria Calvo
2017-02-03 10:38:19

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por Guillermo Alvarado

La concentración de los efectivos de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo, FARC-EP en las zonas donde debe realizarse la dejación de las armas, así como los gestos mutuos del gobierno y el Ejército de Liberación Nacional, ELN, son importantes pasos en dirección al establecimiento de una paz duradera en ese país sudamericano.

Más de seis mil combatientes de las FARC-EP, hombres y mujeres, se concentran y permanecerán en 26 puntos de la geografía de esa nación, donde aguardan el momento para incorporarse a la vida civil y continuar la lucha por medios políticos hacia la construcción de un nuevo país.

Al mismo tiempo, el ejecutivo presidido por Juan Manuel Santos aprobó esta semana la liberación de dos miembros del ELN, que se incorporarán a la delegación insurgente en las negociaciones que tendrán como sede al vecino Ecuador.

Los rebeldes entregaron este jueves a una delegación del Comité Internacional de la Cruz Roja al exlegislador Odín Sánchez, uno de los requisitos exigidos por Santos para dar luz verde a la instalación de una mesa pública de conversaciones destinada a poner fin al enfrentamiento armado.

Una vez allanados estos obstáculos todo queda dispuesto para iniciar un proceso similar al que concluyó con las FARC-EP, que debe poner fin a más de medio siglo de enfrentamiento que dejó severas fracturas en la sociedad colombiana, que tiene ante sí el reto de borrar las huellas de la guerra.

El presidente Santos, al inaugurar en Bogotá la Décimo Sexta Cumbre Mundial de Premios Nobel de la Paz, reconoció que tras el silencio de las armas viene un período complejo y lleno de desafíos, cuando se debe poner en práctica todo lo que se acordó sobre la mesa de negociaciones.

Uno de los retos inmediatos es ejecutar el sistema integral para satisfacer los derechos de las víctimas, que pasa por el esclarecimiento de la verdad y la aplicación del sistema de justicia transicional, así como la reparación de los daños causados y la garantía de que estos hechos no se repetirán en el futuro.

Colombia requiere transformaciones estructurales en el campo, donde decenas de miles de agricultores pobres fueron despojados de sus tierras por bandas paramilitares que medraron al amparo de la guerra. Asimismo, es necesario eliminar los cultivos ilícitos para la producción de drogas y sustituirlos por siembras de alimentos destinados a la población.

La paz también pasa por desmontar las bandas armadas irregulares y el combate efectivo al crimen organizado, de manera particular el narcotráfico.

Por estos días Bogotá ha sido declarada “Capital de la paz”, un símbolo de lo que se espera que sea todo el país en un plazo corto, donde distintas corrientes de pensamiento puedan convivir y ser capaces de diseñar un futuro mejor, con un desarrollo basado en la justicia social, la seguridad y la plena igualdad de oportunidades para toda la sociedad.



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