Condolencias y solidaridad para Lula

Editado por Maria Calvo
2017-02-03 10:43:37

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por Roberto Morejón

Una ola de solidaridad recibió el expresidente brasileño Luiz Inacio Lula Da Silva al conocerse la muerte de su entrañable esposa, apoyo decisivo en la carrera política del ex obrero metalúrgico, quien ha sufrido en su vida numerosas adversidades.

“Una mujer guerrera y de fibra”. Así calificó la expresidenta Dilma Rousseff a Marisa Leticia Rocco, compañera en la vida y en la lucha de Lula, uno de los políticos más populares en Brasil y en América Latina.

Doña Marisa, como la conocían popularmente, ayudó a su esposo para que él pudiera luchar desde las filas sindicales, en el Partido de los Trabajadores y más tarde durante dos períodos presidenciales.

Analistas políticos, periodistas y amigos de la familia coinciden en la magnitud de la pérdida para el carismático dirigente brasileño, aunque destacan su fuerza característica, un factor que le ayudará, en medio del dolor, a sobrellevar el dramático desenlace.

Doña Marisa sufrió un derrame cerebral y luego estuvo en estado de coma hasta fallecer.

Son muchos los que recuerdan la presión ejercida contra Lula y su familia durante los últimos meses para desmoralizarlo y evitar su eventual candidatura a las elecciones de 2018.

Marisa Leticia Rocco y Lula fueron víctimas de la persecución y experimentaron en la piel grandes injusticias, aseveró Dilma.

 El hombre que gobernó Brasil entre 2003 y 2010 vinculó indirectamente las investigaciones de la Operación Lava Jato al estado de salud de su esposa.

Después de organizar un juicio sin pruebas contra Dilma Rousseff y apartarla de la presidencia, las élites corruptas y los políticos de derecha intentan anular la influencia de Lula Da Silva, a sabiendas de su popularidad entre los brasileños.

El expresidente enfrenta cinco acusaciones ligadas a la trama de corrupción de la compañía Petrobras, pero siempre negó los cargos y denunció una persecución judicial para neutralizarlo.

Ese objetivo es manifiesto en un país regido hoy por el rumbo neoliberal impulsado por el presidente Michel Temer, a quien Dilma calificó de traidor.

La muerte de la mujer con la que estuvo casado 43 años y lo apoyó irrevocablemente representa un duro golpe para Lula, quien, NO obstante, deberá recuperarse como hizo tantas veces ante diversos infortunios.

El propio Luis Inacio Lula Da Silva pasó por una etapa previa muy difícil, pues en 2011 le detectaron un cáncer de laringe, enfermedad que rebasó después de un arduo tratamiento médico y la pérdida acelerada de peso corporal.

El hombre que organizó huelgas contra los poderosos y logró un Brasil menos desigual gracias a sus programas sociales, recibe hoy, con justicia, las condolencias de los latinoamericanos y caribeños, confiados en su entereza.



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